martes, 10 de abril de 2012

QUINTAESENCIA...


I


El silencio y yo nos encontramos
acoplando nuestro andar por el paseo,
reteniendo la vida en cada paso
donde el soplo del aire fue mi aliento
que emergió del averno y del diablo,
y que esta lluvia apagará mi fuego
del amor de un Edén ya conmutado.
El pecado de amarte fue perfecto,
logré tanta pasión que al recordarlo
vuelve el tornado irreal del desenfreno.
Pero, el otoño llegó entre mis manos
y en ellas, tropezaron hacia el suelo
la ternura y los tallos delicados.
Caían como yo, agónicos, tan bellos,
muriendo sin remedio por este amor,
un ramo de beldad cortado y yermo.
Aunque, soy feliz de haberte amado,
eras mi ardor, te poseí y he muerto,
antes, yo moría al no haberte logrado...
ahora que te he tenido, es cuando me muero...


II


Muero hoy, vida en mi vida,
muero hoy al despedirte,
muero por no estar
y por desvanecerte,
muero por vivir, sin ti, mi vida.
Muero al ver que no te tengo...
Muero por saber que no eres mía...
Muero por morir en una historia
y lejos del amor que merecía.
Se que moriré interiormente
y que sin ti, nada seré
en esta, mi difunta vida,
cuando sin ti me marche,
ya doliente,
cuando sin ti
no halle la quintaesencia...
Olvido yo le pido a Dios
o, a todos los demonios,
olvido yo les pido...,
y peco una vez más,
y una y otra vez, y no olvidaré jamás...
Muero o que me maten, os lo suplico...


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
10-IV-212

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