A la pasión
Beso en verso, verso al beso 
con el tiempo y desde el viento 
llegará, tal vez, el sueño 
despojado de misterios. 
Y se aparten del apego 
de la vida, del infierno, 
sea amor en desenfreno 
a la espera de sus dueños... 
Donde habiten los afectos 
y no existan ya desvelos 
del insomnio o del empeño, 
¿cómo abrasará ese fuego? 
De pasión sea el exceso 
y el sudor entre los senos, 
del amor en el silencio 
del abrazo y de los besos. 
Se destruya tanto anhelo 
en la brasa del incendio 
y acabaran sin aliento, 
y agotasen todo el cuerpo. 
Lo que antaño fuera yermo 
labre el alma con el hierro 
y los brazos sean los riegos 
y los tallos fueran presos... 
Al sembrar todo el centeno 
desaparecieran miedos, 
se incumplieran los acuerdos 
y al reloj hicieran reo.
Al llegar ardientes besos 
y el calor de los jadeos, 
eliminarán tormentos, 
¡siendo el corazón el fuego!  
Sin adioses  ni recelos 
regocijan en sosiegos 
y, aturdidos por recuerdos 
de pasión en el estreno. 
“Con mis brazos te retengo, 
¡ven amor para este duelo 
a la casa del hambriento 
y, te doy el mundo entero!” 
Ángeles Sánchez Gandarillas © 
20-III-2012

 
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