miércoles, 4 de enero de 2012

CORAZÓN


Pues sí, corazón y mucho arte es lo que pusieron en este Festival de navidad el C.P. Mata Linares. Se leía desde el cartel anunciador al fondo del escenario, con grandes letras tridimensionales y colorido fosforescente, un ¡Feliz navidad! y el nombre del colegio, llenándose con esa intención, el auditorio hasta el techo, porque las butacas y los pasillos estaban a rebosar de público y escolares.

Eran los cursos de primaria de este centro. Lo presentaron dos locutores del último curso, Álvaro y Azucena. Sé que él es un incipiente escritor y músico.

Decían que llegarían al escenario 1º de Primaria. Un nutrido grupo de chiquillos vestidos de pastores montañeses con su director al frente, consiguieron que padres y espectadores, devolvieran a los rostros las sonrisas que parecían ausentes, alejadas de las mentes y bocas, gracias a ellos, a su voluntad y al interés que traían, envolvió, más si cabe, en la alegría de estas fiestas, a la tradición del villancico y a vivir la ilusión que está detrás de los ojos ilusionados de los niños.

Los locutores anunciaron a los chicos de 2º; dijeron de ellos maravillas y entraron a escena llenos de ensueño, coronados de brillantes guirnaldas y labios deseosos de cantar lo mejor posible; sí, fueron una colección de cantantes que lo hicieron mejor sin el acompañamiento de la música enlatada, a pesar de ser una letra ininterrumpida; acompañaban el ritmo con un dulce baile lleno de ternura ¡Bravo chicos!

Y de nuevo, anunciado por nuestros profesionales presentadores que pedían reiterativamente silencio, daban paso al 3º de los cursos. Llegaron vigorosos y cargados con sus flautas, por cierto, es el primer año que tocan este instrumento de viento, lo alternaban con la letra, estaban tan seriecitos y formales que daba la impresión de estar ante personas mayores. Al cesar la música del disco, siguieron ellos solitos y nadie notó esta eventualidad, con lo que deja claro que su orgulloso y sonriente profesor de música, consiguió enseñar y ellos aprender, ¡enhorabuena!

Llegó la hora de los casi mayores, los alumnos de 4º curso. Venían vestidos de calle y de ganas de agradar con su actuación, en realidad es lo que vale, más que todo... Conocía a muchos de ellos, sé de su inquietud e incluso de sus travesuras, por eso, es necesario felicitar a sus profesores que se hicieron con la forma de controlar su vitalidad, de resaltar lo positivo y de valorar las ventajas que hay en cada uno de ellos. Ocurrió hasta entonces, lo mismo que en los anteriores grupos, cantaban mejor solos que con el acompañamiento; estaban tremendos, consiguieron superarse a si mismos y estar formales todo el rato, ¡bien por ellos!

Antes de llegar 5º de Primaria, unas lagrimillas de emoción hacían espacio entre los padres, disimuladas tras los visores de las cámaras, de los abuelos que disimulaban esa bella emoción e incluso, de esta cronista, que también tengo mi corazoncito y “parientuchos” o mozucos a los que aprecio y conozco.

En fin, vamos a por estos muchachotes; muchos en manga corta a pesar del frío, se les podría denominar “chicarrones del norte”, algunos portaban gorras; fueron presentados tras pedir silencio a una algarabía de inquietud, porque a ver, ¿a quién no le han dolido las piernas de estar sentado y parado o la lengua de estar quieta, y digo más, a quien no le apetecería hacer una carrera entre las butacas a “corre que te pillo”? Pues sí, hicieron caso de la advertencia y aquellos pequeños espectadores obedecieron a la petición de mutis. Los de 5º, cantaban a tres voces y su interés en hacerlo bien se hacía patente.

Más no solo cantaron, tenían preparada una coreografía de baile, en ese momento se entendió el porqué de sus vestimentas. Sonó entonces, una melodía brasileña muy de moda, sus movimientos sensuales llevaron al paroxismo a sus protagonistas, a tanto que elevaron en el aire a una chica y lograron mimetizar todas las figuras de ese baile actual, incluidas las de pareja. ¡Sorprendente y entretenido, fueron aplaudidos a rabiar!

Y es cuando los locutores estuvieron prontos a dejar su oficio hasta ese momento, pues les tocaba el turno a los de 6º, a los mayores del centro escolar. Entraron en escena sus compañeros de clase con un nuevo decorado, más urbano y un tanto futurista. Escenificaron lo que sería el futuro de muchos de ellos; habrían pasado un par de decenas de años.

Era el 23 de diciembre de 2035. Se habían citado en la plaza y se reconocieron a pesar del cambio, de sus trabajos y de su aspecto. Uno era presidente del gobierno, otro había ganado la lotería, otra estaba embarazadísima, algunos eran deportistas, cantantes, abogados, marineros, investigadores, médicos, etc. Hablaban de cómo pasaba el tiempo y que habían tenido la oportunidad de elegir lo que querían ser y hacer. Incluso aparecieron los Reyes magos y Papá Noel, éstos, hubieron de opositar para ese trabajo y acordaron que desde ese mismo instante, año 2035, se votaría y habrían de ser elegidos cada 50 años.

Un guión muy bien trajinado, sí señor, a ver si me presentan al director y al guionista de esa escena pretérita, se merecen un gran abrazo.

Y no acabaron ahí, tenían en la manga mágica del trabajo y los ensayos dos bailes. Su coreografía transportaba al oleaje marino o quizás, a una ondulante pesadilla, llegaban acompañados de las melodías de Lady Gaga y Mohombi. Allí los muchachos fueron tan protagonistas como las chicas, todos se emplearon a fondo y consiguieron una estética completa, un entorno contemporáneo con el gusto actual, con su edad, sus ritmos y porque no, de nuestra gana de imitarlos y movernos, no solamente en la butaca, que vi algunos mayores haciendo pinitos y posturitas de baile.

Finalizaron con un villancico titulado “La fuente que cría berros”, un concierto multitudinario de flauta rozando la perfección, porque amigos, lo más difícil que hay es actuar para tu familia y amigos. ¡Son unos valientes, vaya que sí!

La sorpresa fue una última presentación. Subieron todos los profesores a actuar y cantar, como todos, y que se sepa, pues “lo que pidas también has de estar dispuesto a entregarlo”. Los alumnos se desgalillaban clamando a los profesores por su nombre de pila; ver a tus “profes” haciendo lo mismo que tú acabas de hacer, ¡era lo más de lo más, una auténtica pasada!

Sonó un redoble y aquel auditorio se venía abajo; eso es cariño y lo demás... guasas o, fama si queréis. 17 profesores dispuestos en un grupo, vestidos con gorros, panderetas, sonajas, palos y folios para seguir la letra de su villancico. Creí ver que parecían niños chicos en el escenario, nerviosos y alegres. Pidieron al público que los acompañaran en sus cánticos, sobre todo la profesora de inglés, daban la sensación de ser candorosos duendes que soltaban bolas de suave nieve cuesta abajo... Yo, intenté recoger en los míos, esas bolas de nieve de una Navidad diferente y ver el cariño de sus alumnos, eso que hubiéramos querido los mayores en nuestro mundo infantil ya pasado...

Mereció la alegría acercarse a este espectáculo navideño, a esta fiesta de cariño y de amor en tiempo real, un sentimiento extendido, seguro, a través de todos los componentes de este centro y de sus muchísimas actividades, escolares, profesores, AMPA... ¡Viva por todos ellos!


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
Navidad de 2011-12

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy chulo guapa, ¡qué bien escribes!
Pili Mormo