sábado, 3 de diciembre de 2011

REALIDAD


Amigo, los trenes pasan
y así es la vida,
sin saber que nos depara,
aún reposando en vías muertas,
en descansos del convoy
ya descargado,
en un tren que está sin vía,
en camino hacia la nada.


Es fantasía.
Y las cargas de los trenes o las vidas
retornarán en sus pasos,
¿para qué querrían eso, para qué?


Es cierto que entresijos del destino sobreviven,
y conceden intenciones al posarla en nuestras manos;
aparentan ser errores y trascienden
en futuros compensados,
en historias que protegen nuestros sino.
No hay edades,
ni clamores,
ni dedsignios, ni nostalgias,
son la espera y es la crónica.


¿Qué queremos?,
¿una vida extraordinaria?,
¿fantasías?,
¿derroteros sin finales?


Quizá sean solamente vidas nuevas,
vidas sanas;
esas vidas que nos colman realidades.


¿Qué añoramos?,
el presente es nuestro guía,
la propuesta de un vivir en plenitudes,
de familia, los amigos, el trabajo,
la salud y los tropiezos.
Es bastante.
Es la vida.
Es la historia tan normal y tan amiga.
Es la alegría,
la sonrisa,
las historias día a día...


Y al final,
si no valoras todo eso,
te repliegas añorando fantasías,
y aún siendo buena,
nos castigue si cegamos a la vida
y lo sencillo.


Lo que vale, ya lo tienes.
Valoremos cada día.
Cada instante.
Cada risa.
Y la gente que es querida
hazlos tuyos en presente.
Realidad en el convoy y en los vagones,
en el humo que atosiga,
en los cielos,
en las puertas que se abren,
en la carga,
en el viaje y en la brisa que camina por el tiempo
y los raíles de la vida...


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
2-XII-2011

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