LAURA Y LA PANDERETA

Laura es mucha Laura. Está en todo, y pienso que casi no está en nada, La conozco muy bien, pero no se quien es… La vi por primera vez en el Club de Lectura, y me dije que tenía cara de intelectual. No se porqué me lo dije, pues tampoco se como tienen la cara los intelectuales. Pero estoy seguro de que sí, de que tiene cara de intelectual.

Las primeras palabras que yo escuché pronunciar a Laura, es que estaba leyendo, o buscando para leer, algo sobre la antigua matanza de los cerdos en nuestros pueblos, y yo le dejé unos papeles que tenía escritos sobre el tema que le interesaba,

Laura sonrie siempre. Incluso cuando está seria, sus ojos sonrien. Supongo que es porque los tiene grandes, erxpresivos, y que siempre miran de frente.

Cuando se creó el Taller de Escritura allí apareció Laura. Porque además de leer, Laura también escribe. Y como a mí, le gusta narrar vivencias, y relatos sobre gente que conoció, y a mi me gusta la forma con que lo hace.

Laura siempre llega tarde. A nuestras citas acude siempre, (como en el futbol), al segundo tiempo. En nuestras reuniones, el reloj marca impasible los minutos pero siempre estamos seguros que al final la veremos, que llegará, y vendrá corriendo porque seguro que cuando está llegando es cuando ella se da cuenta de que tiempo se le escapó.

Y es que, claro, Laura además de leer, y de escribir, también canta. En la Coral de Colombres, Seguro que lo hace bien, pues solo faltaba que además de llegar tarde porque tuvo que ir primero a ensayar, no lo hiciera bien. Pero si, ella lo hace bien porque bien suelen ser todos sus quehaceres.

¿Sabíais que Laura sigue llegando tarde? Pues si, porque además de leer, de escribir, de cantar, y de llegar tarde, Laura también toca la pandereta. Esto casi lo acabo de aprender. Y ella tiene que ir también a ensayar el toque de pandereta. Y además tiene un marido que atender, y un hijo que cuidar, y una casa que limpiar…Y encima ¡humor para panderetas! Si ya lo digo yo, que esta Laura es mucha Laura!

Veréis como la próxima vez, Laura también vuelve a llegar tarde. Pero ya no podemos extrañarnos de ello porque seguro que estará terminando de escribir el tema obligado, o leyendo el libro de turno; o cantando en Colombres, o tocando la pandereta, o… o… o…. Solo por un o… de esos es por lo que llega tarde. Además, si un día por casualidad llegara puntual, pensaríamos que no era Laura.

Jesús González ©

Noviembre 2011