viernes, 28 de octubre de 2011

RELATO CORTO, PERO AUTÉNTICO...


La conocía de antaño, y bailó con ella en la verbena. Le decidió la necesidad de hembra, y aprovechó el tango para meter a fondo la pierna entre las suyas. Ella se dejó apretar, mientras el muchacho le susurró al oído que en aquellos momentos estaba como un toro. Confidencia innecesaria, ya lo había notado ella. La citó a las afueras del pueblo, bajo los manzanos de aquella huerta con la portilla marrón, Y la mujer salió del baile.

También hacía tiempo que le conocía a él. Le tropezó cuando como un podenco de buen olfato sigue su presa, y se saludaron.

-¿Donde vas tan de prisa?

-Tengo un plan, con Maruja, “la Marquesa”.

-Coño Manuel, Maruja es mi madre.

De repente el toro se convirtió en buey, puso un brazo sobre el hombro de su conocido, y sin volver a pronunciar palabra alguna se volvió con él a la verbena.

Jesús González González ©
Octubre 2011

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