lunes, 31 de octubre de 2011

HALLOWEEN


¡Qué cosas, señor! ¡Vivir para ver! Si ya lo decía el cura de mi pueblo cuando fue por primera vez a Santander en moto: “Fíjate si son malvados, que en los cruces, en lugar de escribir “parada”, escriben “stop”. Así, en inglés, para que no lo entiendas y poder multarte.

Ahora pasa algo parecido, pero sin multas, por el momento. Hace un par de años, o tres, que empecé a ver escrita esa palabreja. Pero este año se están pasando. Hasta la tele nos bombardea con “halloweenadas…” ¡Señor, señor!, ¿A dónde vamos a llegar?

Hasta el momento el día de Todos los Santos era algo así como sagrado. Por lo menos era tanto para creyentes como para no creyentes, la fecha señalada para recordar a nuestros muertos, y se iba a los cementerios a depositar unas flores. Quienes creen, rezan una oración, y quienes no, guardan al menos un minuto de silencio. Ambas cosas son respetables. Después sí, se iba a la taberna del pueblo a tomar un blanco si el acto había sido por la mañana, o una copeja si fue por la tarde. Y nos quedábamos tan panchos con la satisfacción del deber cumplido

Pero ¡coño!, ahora los americanos no contentos con habernos infectado de chicles (que fijaros como dejan los suelos de los portales de San Vicente), y coca-colas, (que algún día perforarán el estómago de cualquiera), quieren que en lugar de venerar a nuestros muertos, tomemos el día a canchondeo y nos asustemos los unos a los otros vistiéndonos de fantasmas. Y lo curioso es que según veo estamos entrando “por el aro” lo mismo que el perro del titiritero. ¡Cuánto poder tienen los medios de comunicación! Como que hasta a los colegios llega el contagio…

Y que conste que a mi me gusta el humor negro. Me gustan las historietas macabras, pero cuando la cosa va como en plan de sustituir nuestras tradiciones, ya lo veo de otro modo. Es un poco como perder nuestra propia entidad.

A lo mejor es que ya soy demasiado viejo para alcanzar a verlo bajo el prisma que lo ve tanta gente, y por eso no me apetece ponerme una careta del demonio y meterme en un nicho del cementerio de mi pueblo para asustar al cura cuando vaya a rezar un responso. ¡Qué también tendría su gracia! ¿Veis? Ya me estoy contagiando.

Jesús González González ©
Octubre 2011

2 comentarios:

Chelo Veiga dijo...

Jesús, Halloween es una tradición celta, no norteamericana, lo que pasa que la fuimos olvidando
Un saludo

María dijo...

Jesús, hay tradiciones que gustan y permanecen, y hay otras que no tanto, y se sustituyen. ¿Acaso es bonito que te obligue una tradición a ir al cementerio porque sí?
Mejor que unos niños salgan y se diviertan disfrazados o vacíen una calabaza para adornar su casa durante unos días, a que tengan que ir a un cementerio lleno de gente que llora y llora por personas que ellos ni siquiera han conocido (que así recuerdo yo el día de Todos los Santos, angustioso). ¿No crees?
Un saludo
María (biblioteca)