lunes, 31 de octubre de 2011

HALLOWEEN


Esta noche es la noche de las brujas, del miedo, de disfraces, que se va extendiendo como reguero de pólvora. ¡Halloween!. Acabo de escuchar que su origen es celta. ¿...? Ya de pequeña por el barrio veía algunas calabazas con el interior hueco, sus caras y su vela dentro por la noche.

Miedo, más miedo. ¿De verdad que la gente quiere eso? Yo la mente la tengo embotada de tantas noticias, sobre todo por TV. Política. Crecimiento 0 último trimestre en España. Casi cinco millones de parados, terrorífico… Guerras, hambrunas, terremotos y más terremotos, inundaciones y más inundaciones. Siete mil millones de seres humanos, cada vez somos más y tenemos menos recursos. Yo creo que mal distribuidos. ¡SOCORRO…! ¿Pero es que no pasa nada bueno en el mundo?. No podemos con tanta información.

Acabo cogiendo el libro que me ha recomendado María en la biblioteca.”Juntos, nada más” de Anna Gavalda, una escritora francesa. He leído que será llevada al cine y está escrita en el 2004. Me encanta, es muy humana. Camille, que así se llama la protagonista, piensa que cuando sea muy vieja, con miles de arrugas y el pelo blanco, quisiera tener una casa de verdad, con una olla de cobre para hacer mermelada y galletas escondidas dentro de una caja de hojalata en el aparador; una larga mesa de madera y cortinas de cretona. Tendrá habitaciones de invitados, un jardín lindo y gallinas que le den huevos; una chimenea y sillones cómodos y una cocina de carbón para preparar guisos de ternera con zanahorias.
Es una delicia de libro. Ya he llorado, voy por la pag.180 y acabo de leer una frase que por sí sola sería un microrrelato: “Camille era como un insecto, le atraía la luz y la sangre caliente de la muchedumbre” ¡Genial!
Cuando leía esto, recordaba que mi abuela también hacía galletas con la nata de la leche que guardaba en una lata, y salía a buscar caracoles y los machacaba con una piedra para dárselos a las gallinas con el maíz y así los huevos eran riquísimos con una yema gorda y rojiza. También tenía un pequeño jardín con su gran higuera y algo de huerta, y sus calas, margaritas grandes y geranios. Y la recuerdo, por las tardes en el porche, sentada en una sillita pequeña haciendo puntillas de ganchillo con hilo blanco de carrete. Esa casita estaba cerca del mar, en Asturias, donde fueron a vivir cuando se jubiló mi abuelo y pasé algunas vacaciones de verano cuando era pequeña.


Mª Eulalia Delgado González ©
Octubre 2011

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Muy, muy guapo, sí señora!
Está lleno de templanza y de humanidad, con un poquito de información, otro pellizco de miedo, de medio ambiente o de sueños limpios y sencillos, con el ansia de mejorar-nos a demanda de cada comensal.
La receta de toda una vida en cinco párrafos. Me gustó este menú de letras y sentido común... Lns

María dijo...

Lali, la peli ya se hizo hace unos años, te la recomiendo...
María (biblioteca)