miércoles, 24 de agosto de 2011

LA SIRENA Y EL HOMBRE


Al señor de las letras
yo le pongo hasta nombre,
y también que escribía
una oda de amores.

No era un verso cualquiera,
eran mudos dolores
que roían el alma,
y llenaba de azotes.

Aunque a veces lloraba
escuchando las voces
del latir del destino,
palpitando sin orden.

Sé que algunas estrofas
parecían ponientes
de luceros en albas
y besos de colores.

Conocí los nublados
los chubascos y olores,
de la tierra mojada
con las hadas y Morwen.

El señor de las letras
repasaba unos sones,
despacito, calmado
retomando los goces.

Y ésta es la sirena
la que canta a los soles,
y envidiaba a la moza
que enamora a los hombres.

Ésta es la encadenada
que ansiaba pasiones,
la bañaba Selene
y oreaba Parténote.

Así pronto obtendría
una suma de dones,
y de estrofas y versos
en soneto de amores.

De jornada a jornada
y de lunas a soles,
retomaba poemas
que al boreal hoy compone.

"El señor de las letras
recupera la noche,
volverá con sus versos
restañando emociones..."

Ángeles Sánchez Gandarillas ©
23 Agosto 2011

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