jueves, 11 de agosto de 2011

COMO GALLINA EN CORRAL AJENO.



Así mismo pasé la hora y media que duró el evento, como gallina en corral ajeno. Me explico. Mejor dicho, os explico. Os explico si es posible explicar algo que te dicen que no expliques: Veréis, en un lugar que no se puede decir, se celebró algo, que no sé que era, a cuya celebración me invitaron a mi, no se porqué.

Siete. Eran siete mujeres, y con el del “corral ajeno” ocho personas. No se como andaría de alcoholemia la cronista del pueblo que al iniciar su relato, (que acabo de leer,) dice que éramos nueve personas. Seguro que como me tenía justamente en frente de ella, y a última hora ya vería doble, me contó por dos.

A mi derecha tenía yo la que calculo por lo que escuché y lo que le recitaron, que era así como la persona festejada. Es habladora, y de buen tamaño. A mi me vende papeletas una vez al año, y una vez al año también, me despacha el pan, cosa que siempre hizo con generosidad, menos este año, que me dijo que no me pasara pidiendo. (Yo respondí para mis adentros: Hay que joderse, hasta a las sardinas del Carmen llega la crisis.)

Le seguía otra dama importada en su día de Unquera o sus alrededores. Es morena y con unos ojos verdes que lograron en su día enamorar al que mejor y más “toca” en este pueblo. Ignoramos con qué clase de “toque” la conquistó, lo que no dudamos es que fue bien tocada. Después, ella. Llámala como quieras: Rosa, Amapola, Margarita, o la dama de las camelias si quieres, que siempre acertarás su nombre. Descrita físicamente es “una sonrisa permanente en boca”. Además, para ella, todo el mundo es buena gente… No se porqué, pero siempre la tuve así, como una nieta postiza.

Le seguía la que contó nueve personas en vez de ocho. (¡Dios mío, como estaría ella!) Ve crecer la hierba. Sabe lo que hay que saber y un poquitín más. No se le escapa una rata. Es ingeniosa, (aguda como ella sola, diría su abuela.) Fijaros que hasta escribe en la oscuridad mientras marca los renglones con un dedo de la otra mano…

Tras ella la maquetista, la milimétrica. La casi perfecta, porque perfecta, perfecta, lo que se dice perfecta, ya sabéis que no hay ninguna. Del país de los limones llegó para hacer maravillas con tijeras y papeles. Imprime, encuaderna, y deja con la boca abierta al lucero del alba

Ahora viene la silenciosa. Parece que vive en confesión permanente. No habla, susurra. Susurra y sonrie. O sonrie y susurra. Esta, como la que describo más arriba: son las dos de sonrisa congénita, sonrientes por naturaleza, de nacimiento… Y además de repartir sonrisas a “tou cristo viviente", reparte libros, letras, cultura… En una palabra, es la desasnadora oficial del pueblo…

Finalmente la controladora. Vayas donde vayas, allí está ella. Es el alma de todo evento que se precie. Si al llegar a un sitio no ves flequillo rubio… malo. Por tanto, en este misterioso evento, no podía faltar.

¡Madre, cuanta chuchería rica pusieron! Hasta kiwi con anchoas, que hay que echarle pólvora al revólver. Y como antaño, tortos de maíz con queso fundido, y jamón, y pimientos, y esto y aquello… Qué refrescos y “cocacolas” y hasta vino de Rioja, ¡coño!, que fue lo que yo tomé.

Oye, que se lo pasaron en grande. Hablaban, y hablaban, y hasta alguna vez se quitaban entre ellas la palabra. ¡Hasta chistes se contaron! Y yo… come, y calla. Vuelta a comer, y vuelta a callar, por que si me deslizo un poco, son tantas, que serían ellas las que me comerían a mi… Pero de verdad, me sentí muy a gusto con vosotras.

Al final salí de allí como de la copla de Juanito Valderrama cuando cantaba aquello de “sin saber quien la cantaba, ni de que rincón salía…” Que no supe lo que celebraban, ni que festejaban, ni quienes eran ninguna de ellas, ni donde fue la fiesta, ni porqué me invitaron …

¿Quedáis tranquilas? Como me pedisteis, no he dicho nada. Hasta otra, guapas.

J. González González ©

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora lo entiendo, tú bebías el tinto y yo quedé transponía por ello...Jajajajjajajajajja, aún me queda risa a pesar de ayer, para reir hoy con tu relato. Eres lo mejor de lo mejor, y si estabas sería porque siempre te relacionas con nosotras, y porque eres la guinda de cualquiera de los pasteles que guisamos. Abrazo "fermosura"

nreigadasn dijo...

Insuperable, como el coñac gran reserva, así eres Jesús.
Leyendo este relato de tal acontecimiento me he reído no sabes cuanto.
Me hubiera gustado estar en no se que sitio y sin saber con quién.
Esto es muy divertido, es como una cita a ciegas multitudinaria.
Por favor Jesús, sigue escribiendo, porque ya es una necesidady un lujo leerte.

Un beso, que te lo mereces.
Nieves

Anónimo dijo...

!Dios mio!No se puede escribir mejor.¿Pero de verdad que nadie te dijo el motivo de ese evento?
Pues mañana como de costumbre sube por álla arriba y que te lo cuente la desasnadora.
Besitos.

nreigadasn dijo...

En un lugar y en una calle, de cuyo nombre no puedo ni debo acordarme, sucedieron unos hechos, que sacados de contexto pueden parecer "lamentables".
Pudieron ser fenómenos paranormales, eso creo yo, pues otra explicación lógica no existe.
Continuará...

María dijo...

¡Qué inspirados estáis todos este verano! Da gusto...
María (biblioteca)

Anónimo dijo...

Te acuerdas de aquella copla
que escuchamos aquel día
sin saber quién la cantaba
ni de qué rincón salía?...
¡Qué encanto! ¿Verdad?
¡Qué duende, qué sentimiento,
pero qué estilo, qué voz!
Creo que se nos saltaron
las lágrimas a los dos.
"Toíto te lo consiento
menos faltarle a mi mare,
que una mare no se encuentra
y a tí te encontré en la calle".

No vayas a figurarte
que esto va con intención,
tú sabes que por tí tengo
grabao en el corazón
el querer más puro y firme
que ningún hombre sintiera
por la que Dios, uno y trino,
le entregó por compañera.
Pero es bonita la copla
y entra bien por soleares:
"Toíto te lo consiento
menos faltarle a mi mare".

Y me enterao casualmente
de que le faltaste ayer.
Y nadie me lo ha contao;
nadie, pero yo lo sé.
Que tengo entre dos amores
mi cariño repartío,
si encuentro el uno llorando
es que el otro lo ha ofendío;
y, mira, nunca me quejo
de tus caprichos constantes:
¿Quieres un vestío?...catorce.
¿Quieres un reloj?... de brillantes.
Ni me importa que la gente
venga de mí murmurando
que si soy pa tí un muñeco
que si me has quitao el mando...

Que en la diestra y la siniestra
tienes un par de agujeros,
por donde se va a los mares
el río de mis dineros.
Que yo con tal de que nunca...
de mi lao te separes...
"Toíto te lo consiento
menos faltarle a mi mare"
Porque ese mimbre de luto
que no levanta la voz,
que en seis años no ha tenío
contigo ni un sí ni un no,
que anda como pavesa,
que no gime ni suspira,
que se le llenan los ojos
de gloria cuando nos mira.
Que me crió con su sangre,
y me guiaba la mano
para que me persignara
como tó fiel cristiano;
y en las candelas del hijo
consumió su juventud
cuando era...cuarenta veces
mucho más guapa que tú;
tienes que hacerte la cuenta
que la has visto en los altares
e incártele de rodillas
antes que hablarle a mi mare.
Porque el amor que te tengo
se lo debes a su amor.
Que yo me casé contigo
porque ella me lo mandó.
Con que a ver si tu conciencia,
se aprende esta copla mía,
muy semejante a aquel cante
que escucháramos un día,
sin saber quién lo cantaba
ni de qué rincón salía.
"A la mare de mi alma
la quiero desde la cuna.
Por Dios, no me la avasalles
que mare no hay más que unay a tí te encontré en la calle".
(Rafael De León)