Yo quisiera sentir ese sonido
en que el mar se transforma irreverente;
son las olas marcando su latido
el que llega, pausado, hasta mi frente.
Yo quisiera correr tras tu vestido
y tomar a tu cuerpo suavemente,
disfrutar de ese vals estremecido,
sobre el mar, y alejados de la gente.
Yo quisiera ser niño todavía,
escribir lo que dicta tu mirada
y soñar junto al mar en la ribera.
Pero soy el que soy, día tras día,
un poeta que escribe en madrugada,
esperando su estrella en La Barquera.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/10/10
en que el mar se transforma irreverente;
son las olas marcando su latido
el que llega, pausado, hasta mi frente.
Yo quisiera correr tras tu vestido
y tomar a tu cuerpo suavemente,
disfrutar de ese vals estremecido,
sobre el mar, y alejados de la gente.
Yo quisiera ser niño todavía,
escribir lo que dicta tu mirada
y soñar junto al mar en la ribera.
Pero soy el que soy, día tras día,
un poeta que escribe en madrugada,
esperando su estrella en La Barquera.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/10/10
1 comentario:
Es la estrella barquereña
la que deja su destello
a la noche malagueña.
con el beso en su cabello.
Con tu canto se desvelan
las mareas y sirenas
en la playa se rebelan
las estrellas con sus penas.
Es el ritmo candencioso
del poeta barquereño
con su verso talentoso
va tejiendo ya su sueño.
Hermoso soneto.
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