lunes, 27 de septiembre de 2010

ME CONFIESO

Si me confieso de haber caído en la misma tentación que tanta gente cayo primero que yo, y que no comprendía porqué, se enganchaban a esta tecnología diabólica, siempre me razonaban, hay que estar al día, que los tiempos han cambiado y que sin saber manejar un ordenador ya no somos nada, que al progreso no hay que ponerle barreras y un montón de razones que nunca me convencían.

La cuestión es que en el trabajo que realizo (aunque no los tengo que usar), muchas veces me los encontraba encendidos y alguna vez mas de un susto me lleve, al tocar esos ratones y ver como la pantalla de repente se encendía, cuántas veces moleste a uno de mis compañeros, realmente alarmada por si había estropeado algo, y le llamaba por teléfono para que me sacara de aquel apuro.

Así fue como me empecé a interesar por el manejo de este aparato y decidí aprender solamente a perder el miedo y saber como apagarlos
Mi primera clase me la dio una compañera de trabajo y tengo que alabar su paciencia conmigo, (pues soy torpe para aprender), el ratón y el puntero se salían de la pantalla y no lograba controlarlos, ya después las demás explicaciones me sonaron a chino y no entendía nada. ¡cuánta desesperación para lograr escribir con aquel teclado!

Así poco a poco logre ir aprendiendo algo de lo que me iban enseñando, no sin darle mil vueltas y ofuscándome cuando no lograba hacer lo que me pedían.

Ha sido un sin vivir repitiendo una y otra vez cada curso que se hace de iniciación, y al día de hoy vuelvo a confesar, que he aprendido algo, aunque me queda mucho que practicar y repetiré las veces que haga falta, hasta que me defienda con esta tecnología. He tenido varias profesoras, todas con una paciencia de valorar, pues me han repetido hasta la saciedad, para que lo comprendería bien; a tofsd les agradezco su paciencia y buen hacer y presumo de lo que sé gracias a ellas.

Ahora ya se ha vuelto indispensable para mí, ¡quién me lo iba a decir! soy una alumna del Taller de Escritura y necesito este artilugio para enviar lo que escribo al profesor, así como para corregir las faltas y leer nuestros relatos y poemas en una página que tenemos en Internet.
Por las noches me siento un rato para ver el correo, escribir, y hablar con alguna compañera a la que vuelvo loca, todas las noches, me ocurre algún percance y acudo a ella para que me socorra, ha habido muchos momentos que me han dado ganas de tirarle por la ventana, no consigo templar mis nervios cuando algo que quiero hacer no lo consigo, y ha llegado a exaspérame este maldito aparato, pero tengo que confesarme y ser sincera, él día que no funciona y no puedo conectarme me marcho para la cama de muy mal humor.

Sí, si yo que siempre renegué de esta tecnología ahora estoy enganchada a ella y sin ordenador me siento desamparada, pero que conste que lo utilizo para realizar los trabajos del Taller y comunicarme con mis amigos, y alguna que otra vez buscar en Internet alguna duda, lo demás a día de hoy me sobra, y no pienso aprender mas de lo que necesito para escribir, a mis años a este trasto no le voy a dejar que me tome el pelo nada mas que lo necesario.

Intentaré la próxima vez que no funcione apagarlo, irme a dormir plácidamente, y que no consiga sacarme de mis casillas como tantas veces lo ha hecho, al fin y al cabo no deja de ser nada mas que una máquina, y como me dice una compañera esto lleva reparación, y mi malhumor cuando se estropea, no hay técnico que lo arregle.


Flor Martínez Salces ©
13-septiembre-2010

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno ese trocito de ti, ya te lo dije.Una compañera