jueves, 19 de agosto de 2010

SANTA JULIANA Y LA PAREJA DE LAMASÓN



He partido contenta hacia Lafuente
llegando con la tarde que resalta,
mil verdores que buscan nuestros ojos
y la vista, en aquellas viejas casas.

En silencio llegamos a la iglesia,
la vemos y enseguida nos impacta,
donde el cura se llega en quincenales,
gustándome hoy más, la de corrala.

Buscando como indican esa llave,
la tiene una señora en su morada,
andando por aquella callejuela
y al momento, la ponen en mi palma.

Dispongo de inmediato ya el regreso,
convertida en la nueva sacristana,
la ilusión de mirar aquella nave,
Epifanía, ábside, Santa Juliana.

En el arco triunfal que allí preside,
de capillas barrocas arregladas,
convertidas de pronto con las luces,
en lugar de temor, que hoy se disfraza.

En lo externo te quedas transportado,
las impostas, columnas que doblaban.
Ese templo humilde, del siglo doce
con otra puerta al oeste, hoy más clara.

Canecillos de rollos sujetados,
en aleros de la cubierta parca,
sin contrafuertes, sólo paredones,
la espadaña portando dos campanas.

Ese olor a humedad de estar cerrado,
la simple sacristía chica y clara.
Hay sencillas figuras de madera,
no pareciendo ser tan anticuadas.

Los romanos legáron con su arte,
las pequeñas iglesias y atalayas,
todas ellas subidas en alturas,
ejerciendo igualmente de guardianas.

En el lienzo, ajedrez que sobresale,
partiéndole en dos, ¡cómo destacan!,
Abocinados arcos apuntados,
balaustres o molduras, bien cercanas.

El conjunto, de veras se merece
cien visitas de nuevo y estudiarla,
por si alguna de aquellas arquivoltas,
su secreto por fin nos revelara.

La pareja de aquellos masoniegos
acechando colosales, tan altas.
Dos rostros con leyenda ruda, seca;
“que no vuelven alli, quienes hoy pasan”.

Un escudo en el vano del acceso,
que abultados grabados socavaran,
esculpido por manda de un prohombre,
con la cruz en el medio, así alzada.

Se divisan mil y un fuentes tortuosas,
de ese agua heladora que eclipsaba.
Son oasis, caminos olvidados,
rodeados de riscos y montañas.


Ángeles Sánchez gandarillas ©
San Vte. de la Barquera
18 de agosto de 2010

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