RIESTRAS

Quizá quien quiera morir, será porque ya está muerto por dentro.


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El cansancio extremado, es cansarse hasta de estar cansado.


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Creo que no existen “los musos”, a la vista de las pocas féminas que antes escribían. La verdad es que me sentiría orgullosa de pertenecer a ese grupo, porque lo hicieron solitas, sin ayudas.


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En la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, me aburrí de no aburrirme.


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La inquisición y la selección de futbol española, son los más conocidos a nivel mundial.


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El orgullo es la soberbia menospreciada.


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Cualquier burla se combate mejor desde la deferencia y la calma.


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Me avergüenza en grado sumo dejarme llevar, ante una provocación verbal.


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Mi personalidad cojea, cuando las recomendaciones que hago a los demás de mantener la calma, se me escapan en momentos concretos y dejo que me envuelvan las naderías ajenas.


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¡Que fácil es ver los errores ajenos, sobre todo cuando ya han pasado y se pueden mirar fríamente!


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Estar cansado, triste o hastiado, lleva a ver todo tu alrededor en la misma abatida manera.


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La verdad es una cita ante cada convicción diferente.


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La mentira lo es aunque sea para ayudar.


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Cuando alguien te dice:

- Perdona pero yo soy muy sincero y te voy a decir lo que pienso. -Entonces tiembla.


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Cada cual cree que tiene la verdad en su bolsillo. Pero la enseña pocas veces.


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Eso de que no te venderías ni por todo el oro del mundo, implica que tienes un precio más alto.


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Todo tiene un precio; si no mira cuando vas a rezar, pides dando una dádiva para hacer fuerza.


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La bula es la excepción del sacrificio, a veces hasta pagando.


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¿Cuándo descambias algo, cuántas veces lo cambias? o, ¿quizá no lo cambias?


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Cuando me quejo a mis amigos, pienso que les paso ese daño con mis cuitas. Creo ser poco leal, pues les hago padecer por mí.


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La verdad tiene mil colores, nadie ve su error a pesar de ser lo contrario a cualquier otra opinión.


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Tu verdad, no tiene nada que ver con lo que te cuentan los hijos cuando llegan tarde. Apuesto que no miente ninguna de las partes.


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Los escritos y la vida pasada, tiene faltas de colocación… Pero son bonitos.


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Me gusta muchísimo la fruta y la verdura. Temo que me la quiten de comer.


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Para ver la televisión es necesario ser psicólogo o todo lo contrario.


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Comer es una conversación contigo mismo, además si tú te lo guisas y tú te lo comes, se convierte en un monologo aceptable.


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Avergonzarse interiormente es la peor de las penitencias, no hay consuelo, pides sólo olvidar


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Los niños al nacer parecen firmar un contrato tácito entre todos ellos. Dice que cumplidos los 6 meses, se han de quitar de continuo uno de sus zapatitos, pero uno sólo; si es posible tirarle y perderle, es más divertido. Está vigente este contrato indefinido, aproximadamente hasta el año de vida.


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Los bebés recién nacidos son tremendamente frágiles, sin embargo han recorrido un viaje de supervivencia extraordinario, el más largo y cambiante, (lo que ha costado a las especies millones de años en la evolución y adaptación); de vivir en el líquido a de pronto, vivir en el aire.


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Veo que estoy en deca-dencia, sí, la cosa va de diez en diez años –deca-; cadencia rítmica. Ten-dencias, evi-dencias, inci-dencias, menu-dencias, inten-dencias, depen-dencias, en fin, este adjetivo “cadencia” resume muy bien el paso de la edad. Menos mal que he encontrado uno que mejorará todo esto, pru-dencia. Un aprendizaje que cuesta llevar a efecto, por la indepen-dencia, experiencia y convicciones que portamos, precisamente por los años cumplidos.


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¿Por qué será que nos cuesta tanto hacer lo que nos conviene? Dieta equilibrada, paseos relajantes y saludables, deportes o aficiones que regulan física y mentalmente. Ignoramos como descargarlo de la definición “obligación”, siempre se relegan a un segundo lugar. Simplemente es necesario.

Sin embargo nos sacrificamos por lo obligado, que suele ser menos divertido.


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San Vte. de la Barquera
6 de agosto de 2010