domingo, 8 de agosto de 2010

DINERO IMAGINADO





Si no existiera el dinero, compraríamos por ejemplo con piedras; tendríamos que llevar un carro para transportar el cambio de una loseta grande, del tipo a las del suelo de nuestros soportales. ¿Os imagináis el tamaño de los bancos?

Tendrían los bancarios, manos de peones camineros de antaño. Imagino a los grandes banqueros con su montón de piedra, sería equiparable en altura al Everest o el Himalaya, extremando la imaginación, creo que algunos empresarios tendrían macizos montañosos del tamaño de los Urales o quizá toda la tierra.

Total, que habría otras formas de intercambios, gentes con más piedras o con menos, en vez de llamarse millonarios, se denominarían empedrados.

Llevar cambio en el bolsillo, sería costoso de acarrear, quizá nos produjera joroba. Recuerdo a los usureros de los cuentos infantiles, delgados, enfermizos, cansados y gibados, es posible que nuestro cuentista Saturnino Calleja ya imaginara esto al definirlos, el peso inmenso de su codicia pétrea.

Al final tendríamos que utilizar papel para evitar el costoso transporte y llegaríamos al hoy igualmente.

Tanto da el aspecto de la moneda en curso, el comercio es inherente a los humanos, ya sea el trueque o cualquier otra forma de comercio.

Un abrazo con avaricia.


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San Vte. de la Barquera
6 de agosto de 2010

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Umm Lines, Un Trueque? una poesía tuya, por 5 piedras...Aceptas?

dos abrazos empedrados.

Verónica

Anónimo dijo...

Gracias por creer que yo tengo esa posibilidad. Lo intentaré, pero con una piedra me basta para intentar devolverla envuelta en unos versos. Más que nada, para evitar hacer daño a la sensibilidad de los lectores de la buena poesía. Por cierto mi apellido significa, camino pedregoso. Lns.

Anónimo dijo...

espero simplemente..sé que nada te queda chico,anímate!
otro abrazo, pero esta vez florido.

V.