Ayer, haciendo limpieza de papelotes, me encontré con un recorte de periódico del año 1994. ¡Me hizo mucha ilusión volver a recordar!
Era sobre Nelly de la Fuente, 30 años de entrenadora de patinaje en Santander. 140 niñas pasaron por sus conocimientos y una de ellas fue Cionín Villagrá, campoeona de España, y ganadora de varios trofeos internacionales por aquellos entonces.
Cuentan que como los tenía con una disciplina férrea, por otro lado los quiso recompensar de una forma muy original.
En aquella época estaba de moda los gnomos, (en las fiestas de los colegios recuerdo que vestían a los niños así); derrochando imaginación, se le ocurrión, en el sótano de su vivienda hacer una casa de gnomos y otra de muñecas, que tenía muchas. Ella era muy alta y tenía que estar medio encorvada. Con ayuda de un carpintero amigo, fueron haciendo poco a poco todo como venía en el libro que estaba en todas las librerías, dado el éxito que tuvieron.
Vivía en un chalecito en el Sardinero y tuve la suerte de conocerla y poder verlo, pues tenía una amiga vecina suya y se lo quiso enseñar a mi hijo cuando era pequeño.
Según bajabas por las escaleras había muñecos. De pronte veías una casita de muñecas, de cuando ella era muy pequeña, con todas la lamparitas encendidas y las puertas abiertas. ¡No faltaba detalle!
Ya abajo, abrías unas puertas chiquitas y a encorvarse, pues entrabas en ese mundo de fantasía e imaginación inigualable. Salitas, habitaciones, salon del trono, cocinita de casa, muñecos y no le faltaba de nada, con su mesita redonda con el desayuno, las baldas de toda suerte de cacharros y en un arcado con una cortina blanca había también frutos rojos.
Allí cuenta que se llevaba a sus alumnas a jugar y a merendar; se lo pasaba en grande con ellas, como una niñas más.
No sé que habrá sido de todo eso. Hace unos años leí en un periódico que esos chalets los tiraban y hablaban del de Nelly, haciendo una referencia a todo esto.
¡Yo tuve el privilegio de verlo!
María Eulalia Delgado González ©
Junio 2010
Era sobre Nelly de la Fuente, 30 años de entrenadora de patinaje en Santander. 140 niñas pasaron por sus conocimientos y una de ellas fue Cionín Villagrá, campoeona de España, y ganadora de varios trofeos internacionales por aquellos entonces.
Cuentan que como los tenía con una disciplina férrea, por otro lado los quiso recompensar de una forma muy original.
En aquella época estaba de moda los gnomos, (en las fiestas de los colegios recuerdo que vestían a los niños así); derrochando imaginación, se le ocurrión, en el sótano de su vivienda hacer una casa de gnomos y otra de muñecas, que tenía muchas. Ella era muy alta y tenía que estar medio encorvada. Con ayuda de un carpintero amigo, fueron haciendo poco a poco todo como venía en el libro que estaba en todas las librerías, dado el éxito que tuvieron.
Vivía en un chalecito en el Sardinero y tuve la suerte de conocerla y poder verlo, pues tenía una amiga vecina suya y se lo quiso enseñar a mi hijo cuando era pequeño.
Según bajabas por las escaleras había muñecos. De pronte veías una casita de muñecas, de cuando ella era muy pequeña, con todas la lamparitas encendidas y las puertas abiertas. ¡No faltaba detalle!
Ya abajo, abrías unas puertas chiquitas y a encorvarse, pues entrabas en ese mundo de fantasía e imaginación inigualable. Salitas, habitaciones, salon del trono, cocinita de casa, muñecos y no le faltaba de nada, con su mesita redonda con el desayuno, las baldas de toda suerte de cacharros y en un arcado con una cortina blanca había también frutos rojos.
Allí cuenta que se llevaba a sus alumnas a jugar y a merendar; se lo pasaba en grande con ellas, como una niñas más.
No sé que habrá sido de todo eso. Hace unos años leí en un periódico que esos chalets los tiraban y hablaban del de Nelly, haciendo una referencia a todo esto.
¡Yo tuve el privilegio de verlo!
María Eulalia Delgado González ©
Junio 2010
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