martes, 25 de mayo de 2010

TERREMOTO


Una vez sentí ese movimiento bajo los pies. La sensación

fue tremenda, impotencia

y miedo se juntaron. Se hicieron una trenza que se aferraba a mi cuello,

se secó mi boca y

agarrarme fue inútil.



Vi moverse con angustia la lámpara; desde entonces considero el tamaño
por si cae

sobre alguien para no dañarlo. Cuantas cosas que se piensan en ese

momento.



Primero intentas ubicarte y saber si estás despierto, después

quisieras mantener el

equilibrio y buscas a los tuyos para sacarlos de la vivienda, valoras

rápido la vida, eliminas

de pronto lo material, enciendes en tu corazón el cariño quizá

olvidado a personas alejadas.



¡Dioses, que miedo tengo!



Definirlo como el efecto de una caída, te derrumbas y parece un abismo

a

donde vas sin remedio, en cámara lenta, sin saber el resultado.



Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San Vte. de la Barquera
Febrero 2010

3 comentarios:

Flor dijo...

me desperte sobresaltada,la cama se habia movido,una sensacion de angustia y mi corazon sobrecogido, a la mañana siguiente ,cuando escuche las noticias,me di cuenta que no era un sueño y que lo habia sentido.
esa sensacion extraña que me habia despertado y que lo habia habia sentido no era un sueño imaginado.

lunilla dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Hay terremotos mentales que dstruyen
la calma dejando la inquietud a cuestas..
abrazos
Blue