Rafaél lo propuso y los demás dijimos que de acuerdo. Como era la última reunión del año y lo del turrón se nos echaba encima, era facilísimo elegir el tema: Navidad.
Pues bueno, aquí me tenéis con el papel en la mesa y el bolígrafo en la mano, y ahora decirme a mí vosotros que coño puedo escribir yo sobre la Navidad que sea algo original. Porque tener en cuenta que de la Navidad se viene escribiendo hace un montón de siglos.
Que yo sepa, empezaron a escribir sobre ella cuatro colegas nuestros llamados Juan, Lucas, Marcos y Mateo, a los que pasando el tiempo les dieron el título de evangelistas, pero que no se yo en que taller de escritura aprendieron el oficio. A poco que uno se detenga a pensar, enseguida se da cuenta que no fue en un taller de la categoría del nuestro, pues aquí aprendemos a decir las cosas claras, y lo que escribimos lo entiende todo el mundo. Y lo que está claro y se entiende, eso va a misa. Ellos lo escribieron todo de una forma más confusa, así como andándose por las ramas, y sin estar muy de acuerdo los unos con los otros en cuantas cuestiones relataron No, no escribieron esos individuos las cosas muy claras.
Bueno, mirar si se anduvieron por las ramas en sus explicaciones, que más tarde vinieron otros, (que tampoco aprendieron en el taller que dirige Foncho), y para que nosotros pudiéramos comprender lo que dijeron los primeros, escribieron otros libros con notas explicativas, y al final terminaron saliéndose todos por los cerros de Übeda, porque por lo que se ve, tampoco ellos lo entendieron muy bien. Así que unos dijeron que lo contaban de esa forma porque lo escribieron a través de lentes católicos, mientras que otros para su trabajo pusieron gafas protestantes, otros antiparras ortodoxas, y hasta hubo algunos que se colocaron gafas de sol para poder contarlo del color que más les gustara.
Fijaros lo que se habrá escrito sobre la Navidad, con tantas gafas distintas y a través de tantísimos años. Vamos, como para pretender ahora hacer un relato con pretensiones de originalidad.
¡Ah!, menos mal que al final, según parece, todos están de acuerdo en que esta fiesta conmemora el nacimiento de Cristo. Pues siendo así, quitémonos todos las gafas, y… ¡Arriba las copas! Brindemos por Cristo.
Jesús González González ©
Diciembre 2.009
Pues bueno, aquí me tenéis con el papel en la mesa y el bolígrafo en la mano, y ahora decirme a mí vosotros que coño puedo escribir yo sobre la Navidad que sea algo original. Porque tener en cuenta que de la Navidad se viene escribiendo hace un montón de siglos.
Que yo sepa, empezaron a escribir sobre ella cuatro colegas nuestros llamados Juan, Lucas, Marcos y Mateo, a los que pasando el tiempo les dieron el título de evangelistas, pero que no se yo en que taller de escritura aprendieron el oficio. A poco que uno se detenga a pensar, enseguida se da cuenta que no fue en un taller de la categoría del nuestro, pues aquí aprendemos a decir las cosas claras, y lo que escribimos lo entiende todo el mundo. Y lo que está claro y se entiende, eso va a misa. Ellos lo escribieron todo de una forma más confusa, así como andándose por las ramas, y sin estar muy de acuerdo los unos con los otros en cuantas cuestiones relataron No, no escribieron esos individuos las cosas muy claras.
Bueno, mirar si se anduvieron por las ramas en sus explicaciones, que más tarde vinieron otros, (que tampoco aprendieron en el taller que dirige Foncho), y para que nosotros pudiéramos comprender lo que dijeron los primeros, escribieron otros libros con notas explicativas, y al final terminaron saliéndose todos por los cerros de Übeda, porque por lo que se ve, tampoco ellos lo entendieron muy bien. Así que unos dijeron que lo contaban de esa forma porque lo escribieron a través de lentes católicos, mientras que otros para su trabajo pusieron gafas protestantes, otros antiparras ortodoxas, y hasta hubo algunos que se colocaron gafas de sol para poder contarlo del color que más les gustara.
Fijaros lo que se habrá escrito sobre la Navidad, con tantas gafas distintas y a través de tantísimos años. Vamos, como para pretender ahora hacer un relato con pretensiones de originalidad.
¡Ah!, menos mal que al final, según parece, todos están de acuerdo en que esta fiesta conmemora el nacimiento de Cristo. Pues siendo así, quitémonos todos las gafas, y… ¡Arriba las copas! Brindemos por Cristo.
Jesús González González ©
Diciembre 2.009
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