Despiértate que suena una campana
y un barco se ha perdido en la galerna,
hoy sopla el temporal muy duramente
dejando con gemidos su tristeza.
Es noche de noviembre y llora el cielo,
sus lágrimas se ven en la ribera,
hay charcos en el parque y los jardines
la lluvia nos demuestra así su fuerza.
Pero algo se destaca en el ambiente
y escribe con su mano la tragedia,
la línea tan oscura del destino
se muestra en esta noche tan inquieta.
¡Hay tierno corazón, reza a la Virgen,
acude a su capilla en La Barquera,
y pide que regresen los marinos
en medio de la noche y la tormenta!
El viento gime y gime sin descanso,
las olas las azota la marea,
es una marejada embravecida,
en contra de marinos y traineras.
Hoy luchan elementos de la vida,
las olas van batiendo la cubierta,
¡achica marinero no te pares,
el fiero temporal sopla con fuerza!
Escucha con los llantos de la noche
la Salve de la esposa que te reza,
y busca por los cielos a la Virgen
tratando de guiarte entre la niebla.
Despiértate y escucha la campana,
que suena en la capilla de la iglesia,
los hombres en el mar están luchando,
sus barcas ya parecen marionetas.
Las quillas se levantan y desploman,
las jarcias son fantasmas de las velas,
se hunden las traineras sin remedio
y crujen y protestan sus maderas.
De pronto hay una luz que cobra vida
y avanza entre las olas tan inquietas,
los duros marineros dan un grito
y buscan esa luz que es su linterna.
El faro de la barra tan ansiado
se encuentra a dos remadas y muy cerca,
encaja los toletes a tus remos
y boga sin cesar aunque no puedas.
Tu vida está pendiente de unos hilos,
en unos dependiendo de tus fuerzas,
en otros simplemente de unos rezos,
de salves a la Virgen Barquereña.
Pero ella no te deja en la estacada
te cuida, te protege y por ti vela,
te cubre con su manto tan celeste
llevándote a soñar con las estrellas.
¡Ay tierno corazón, mujer amada!,
ya tienes tu marino que regresa,
acude hasta su lado con premura
y llévale contigo a La Barquera.
Enséñale a la Virgen y la Salve,
rezando los dos juntos en la puerta,
el tiempo no ha ganado la batalla
la Virgen tan clemente os espera.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/10/09
y un barco se ha perdido en la galerna,
hoy sopla el temporal muy duramente
dejando con gemidos su tristeza.
Es noche de noviembre y llora el cielo,
sus lágrimas se ven en la ribera,
hay charcos en el parque y los jardines
la lluvia nos demuestra así su fuerza.
Pero algo se destaca en el ambiente
y escribe con su mano la tragedia,
la línea tan oscura del destino
se muestra en esta noche tan inquieta.
¡Hay tierno corazón, reza a la Virgen,
acude a su capilla en La Barquera,
y pide que regresen los marinos
en medio de la noche y la tormenta!
El viento gime y gime sin descanso,
las olas las azota la marea,
es una marejada embravecida,
en contra de marinos y traineras.
Hoy luchan elementos de la vida,
las olas van batiendo la cubierta,
¡achica marinero no te pares,
el fiero temporal sopla con fuerza!
Escucha con los llantos de la noche
la Salve de la esposa que te reza,
y busca por los cielos a la Virgen
tratando de guiarte entre la niebla.
Despiértate y escucha la campana,
que suena en la capilla de la iglesia,
los hombres en el mar están luchando,
sus barcas ya parecen marionetas.
Las quillas se levantan y desploman,
las jarcias son fantasmas de las velas,
se hunden las traineras sin remedio
y crujen y protestan sus maderas.
De pronto hay una luz que cobra vida
y avanza entre las olas tan inquietas,
los duros marineros dan un grito
y buscan esa luz que es su linterna.
El faro de la barra tan ansiado
se encuentra a dos remadas y muy cerca,
encaja los toletes a tus remos
y boga sin cesar aunque no puedas.
Tu vida está pendiente de unos hilos,
en unos dependiendo de tus fuerzas,
en otros simplemente de unos rezos,
de salves a la Virgen Barquereña.
Pero ella no te deja en la estacada
te cuida, te protege y por ti vela,
te cubre con su manto tan celeste
llevándote a soñar con las estrellas.
¡Ay tierno corazón, mujer amada!,
ya tienes tu marino que regresa,
acude hasta su lado con premura
y llévale contigo a La Barquera.
Enséñale a la Virgen y la Salve,
rezando los dos juntos en la puerta,
el tiempo no ha ganado la batalla
la Virgen tan clemente os espera.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/10/09
1 comentario:
Rafael..
Hermoso Poema.
Súblime !
Abrazos
V.
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