miércoles, 5 de agosto de 2009

QUIERO DORMIR EL ALMA DOLORIDA




Quiero dormir el alma dolorida,
quiero sentir tus besos sin descanso,
quiero notar la brisa que me llega,
y quiero amar tu cuerpo puro y casto.

Pero dormir el alma es utopía,
es conseguir el cielo con los astros,
todos tenemos sueños infantiles
para dormir al fin en un regazo.

Para elevar a Dios el pensamiento,
en ese sueño tan profundo y largo,
mecidos por la dulce sinfonía
que sale sutilmente del piano.

Pero sentir los besos es distinto,
es alcanzar en sueños esos labios,
es la pasión de fuego contenida,
es un volcán ardiente derramado.

Es esa lava y sangre transformada
que cambia el dulce beso sin dudarlo,
es alterar de pronto los sentidos
cambiando los inviernos por veranos.

Pero notar la brisa es otra cosa,
es el masaje eterno de unas manos,
es alcanzar el tierno escalofrío
del roce tan sutil del viento amado.

Y aunque la brisa cambie por tormenta,
no cambiaré la brisa por los rayos
y quedaré contrito y en silencio
sintiendo el aire fiel que me ha llegado

Yo quiero amar tu cuerpo día a día,
en esa concepción, viaje y descanso,
cambiando la pasión por tu pureza
y haciendo de tu altar, lugar sagrado.

Entonces lograré que el cuerpo tuyo
pierda la castidad y el velo blanco,
sintiendo ese temblor que a mi me embriaga
pudiendo ya beber el vino ansiado.

Pero todo es querer, ¡querer, querer...!
El hombre nace así, ¡queriendo tanto...!
¡no importa corazón, querer se quiere,
se quiere sin razón, siempre soñando!

Rafael Sánchez Ortega ©
05/08/09

2 comentarios:

Flor dijo...

Bello poema de los que a mi me gustan con sentimiento y cariño,me ha encantando.

Anonymous dijo...

Que no se duerma nunca tu alma,
de lo contrario, no podríamos beber del néctar de tus versos..

Abrazos

V