
Hola de nuevo Uve, observo tu silencio, espero que sea por vacaciones y nada más.
Pues verás el otro día coincidí de nuevo con otra persona especial, creo que cada vez descubro más individuos que están en esa categoría, es algo que devuelve la esperanza en el ser humano. A veces se dice que son casualidades, pero quiero pensar en otra palabra que quizá lo defina mejor: "causalidades". Para nada es lo mismo, casualidad o azar es que te toque la lotería, la "causalidad" es algo que sucede por vaya usted a saber que razón, luego están las estadísticas y caben otra serie de definiciones similares.
Por cierto, casi siempre coincidimos en las esquinas,jajaja; calculo que es donde confluyen dos direcciones, quizás en la ciudad de Barcelona, nos viéramos menos porque, en su arquitectura modernista eliminaron muchas de ellas; fue la mejor forma de que los carruajes de caballos de la época, pudiesen trasladarse y girar, así que las redondearon.
En este caso, me fundo en acontecimientos y casualidades, en propuestas "causales" y en alguna serie de circunstancias, reacciones, sorpresas e incluso búsquedas de soluciones. Eso podría darse con el resto de todo lo anterior, nos daría realmente la "causalidad". En mi humilde opinión, entre nosotras se está dando esa necesidad mutua. Yo quiero reafirmarme, por tanto tu compañía y conversación me es muy útil y tu seguramente estés descontenta o desubicada y quieres encontrar tu lugar o espacio.
Hablar y estar contigo, me da la sensación de ánimo que necesito, posiblemente viendo en tu situación circunstancias ya vividas por mí, con lo que siento la satisfacción de haberlas superado, me da una posición ante mi “yo”, tengo que estar orgullosa, contenta y considerar la fuerza con las que he respondido a aquellas realidades. Me sirve de convencimiento para seguir estando preparada y firme ante cualquier flaqueza, disfrutar, reír, querer, etc., evitar los miedos y saber definitivamente que merezco mi felicidad y además que me tengo aprecio, jajaja.
Quizás el problema compartido, haya sido la falta de cariño y atención a nosotras mismas. De todas maneras, ese motivo se nos da ya desde pequeñas, a la vez que crecemos se va adentrando sin apenas darnos cuenta, casi ignoramos hasta la talla que usamos, de tanto importarnos las necesidades ajenas. Llegamos hasta el punto de que seguimos aportando nuestro sacrificio, el ser sufridas.
Padecemos desdoblamiento, en vivir, pensar, en lugar del otro; quiero decir algo parecido a esto: quizás quiera ponerse esta determinada ropa, o a lo mejor quiere comer algún postre o dejaré de quejarme porque seguro que se disgusta, en definitiva a los demás les es innecesario pedir nada, se lo resolvemos nosotras.
Este es uno de los primeros síntomas de auto abandono, pensar lo que cavilarán los demás, lo que quieren o necesitan. Pues la cosa ya se pone fea, ya estamos fuera de nuestro ente y pasamos a formar parte de todos, incluidas personajes ajenos a nuestro diario vivir. Así que dejas de tener tu tiempo, tus lugares de relajo, tus aficiones, tu sueño e incluso padeces por lo que está parcialmente solucionado, eso a pesar de que nadie pide que ayudemos y existe la “preocupación”, o sea que nos ocupamos de cosas que aún están por llegar.
A raiz de esta reflexión, recuerdo una conversación que mantuve con una amiga, hace por lo menos diez años.
Pues sí, aquella amiga, Maca, en una pequeña reunión comentó semi cabreada algo que a mi me caló hondo.
-Estoy algo indignada.
-Pues a ver, quizá sea algo que tu crees grande y a la postre es hasta minúsculo.
-Pues será pero te lo voy a decir. Venía para acá cuando me encontré con tres mujeres del pueblo vecino, (por cierto un familiar mío de allí, dice que es la capital de España), que igual entre todas sumaban como dos siglos y medio, una de ellas suele hablar mucho con mi madre.
-Hola mozuca,
-Hola, encantada de verte, besos sonoros y repetitivos, jeje.
-¿Qué tal estáis por casa?
-Pues bien, todos bien Cele, gracias.
-¡Ay mujer!, ¿de quién es esta cría?, -comentó la otra señora.
-Pues Toña, es nieta de Taquio, el de la cuadra grande.
-Si que estás olvidadiza, ¿a qué tu te acuerdas Lecia?
-Cachis en diez a ver, el padre se llama Pedro, el que compró cuando la "nevá" grande, el "carru" de Juan.
Y como comprenderás Lines, a mi se me subía por momentos la sangre a la cabeza.
-Si, jolín se casó con el hijo de Javi Alvarez, se llama también Javier.
-Pues la verdad, es que se me va la cabeza algo y…
En ese momento calculé que ya le iba a decir mi nombre y oficio, pero de eso nada, grrrr.
-A ver seguro que si te digo que el hijo es ese pelirrojillo, ese que montaron aquel coche que en vez de correr volaba, estaba con los nietos tuyos.
-Ahora ya sé quién es, maja familia sois, y... ¿cómo te llamabas?...
-Pues disimulé y me fui sin decírselo, que rabia, somos las nietas, hijas, esposas y madres, pero nunca saben lo que hacemos, ni tan siquiera como te llamas, me siento anulada, será tradición pero a mi me revienta por demás.
Como ves, parece que nos enseñaron a estar en las vidas de nuestra familia, pero limitándonos a ciertas cosas, abundantes por cierto, pero identificadas como, o, a disposición de alguien.
Pues una vez dicho esto, nos queda la opción de que llegando a cierta época de nuestra vida, para ponernos en marcha, hacer las cosas que gustan, aficiones, el tiempo propio que será innegociable, porque es nuestro, recuperar la autoestima, saber que valemos para todo y mucho, nuestros allegados son inocentes, aunque sin querer les hemos dado la opción de aprovecharse, hemos de lograrlo solitas, que sepamos que debemos quejarnos de lo que duele, cansarnos, descansar, estar un rato a solas, "somos humanas", todo ello sin dejar nuestros compromisos y respetando el sistema de derechos de los otros.
Otra cosa importante, es evitar buscar culpables, sucede y punto; tu tienes una ventaja de la que yo carecí, sabes sobradamente lo que quieres, tan solo necesitas el camino a seguir, a mi me gustaría ser esa mano que te sujeta, pero creo tener pocos recursos, también temo darte soluciones que sean equivocadas o erróneas.
En fin, esto se dice que ha de hacerse poco a poco, sin atracones, pero sin pausa, igual que comenzar una caminata de senderismo que nos llevaría muchas horas, es la forma de llegar sin llagas y sin agotamiento, sentir la satisfacción de terminar la senda y prepararse durante la semana de nuevo, para la próxima; será magnifico caminar por nuestra alma y en libertad. Elegir es un derecho, dentro de las posibilidades de cada uno, aunque sea pequesísimas cosas.
El respeto propio, siempre culmina por el respeto que los demás tendrán hacia nosotros y además hay que creérselo.
Uve, a veces cuando digo estas cosas, pero es posible que la primera que necesite de ellas soy yo misma, siempre se dijo que el que se cuida menos en las comidas, suele ser el cocinero.
Hasta pronto, buen paseo por dentro.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San Vte. De la Barquera
verano de 2009
Pues verás el otro día coincidí de nuevo con otra persona especial, creo que cada vez descubro más individuos que están en esa categoría, es algo que devuelve la esperanza en el ser humano. A veces se dice que son casualidades, pero quiero pensar en otra palabra que quizá lo defina mejor: "causalidades". Para nada es lo mismo, casualidad o azar es que te toque la lotería, la "causalidad" es algo que sucede por vaya usted a saber que razón, luego están las estadísticas y caben otra serie de definiciones similares.
Por cierto, casi siempre coincidimos en las esquinas,jajaja; calculo que es donde confluyen dos direcciones, quizás en la ciudad de Barcelona, nos viéramos menos porque, en su arquitectura modernista eliminaron muchas de ellas; fue la mejor forma de que los carruajes de caballos de la época, pudiesen trasladarse y girar, así que las redondearon.
En este caso, me fundo en acontecimientos y casualidades, en propuestas "causales" y en alguna serie de circunstancias, reacciones, sorpresas e incluso búsquedas de soluciones. Eso podría darse con el resto de todo lo anterior, nos daría realmente la "causalidad". En mi humilde opinión, entre nosotras se está dando esa necesidad mutua. Yo quiero reafirmarme, por tanto tu compañía y conversación me es muy útil y tu seguramente estés descontenta o desubicada y quieres encontrar tu lugar o espacio.
Hablar y estar contigo, me da la sensación de ánimo que necesito, posiblemente viendo en tu situación circunstancias ya vividas por mí, con lo que siento la satisfacción de haberlas superado, me da una posición ante mi “yo”, tengo que estar orgullosa, contenta y considerar la fuerza con las que he respondido a aquellas realidades. Me sirve de convencimiento para seguir estando preparada y firme ante cualquier flaqueza, disfrutar, reír, querer, etc., evitar los miedos y saber definitivamente que merezco mi felicidad y además que me tengo aprecio, jajaja.
Quizás el problema compartido, haya sido la falta de cariño y atención a nosotras mismas. De todas maneras, ese motivo se nos da ya desde pequeñas, a la vez que crecemos se va adentrando sin apenas darnos cuenta, casi ignoramos hasta la talla que usamos, de tanto importarnos las necesidades ajenas. Llegamos hasta el punto de que seguimos aportando nuestro sacrificio, el ser sufridas.
Padecemos desdoblamiento, en vivir, pensar, en lugar del otro; quiero decir algo parecido a esto: quizás quiera ponerse esta determinada ropa, o a lo mejor quiere comer algún postre o dejaré de quejarme porque seguro que se disgusta, en definitiva a los demás les es innecesario pedir nada, se lo resolvemos nosotras.
Este es uno de los primeros síntomas de auto abandono, pensar lo que cavilarán los demás, lo que quieren o necesitan. Pues la cosa ya se pone fea, ya estamos fuera de nuestro ente y pasamos a formar parte de todos, incluidas personajes ajenos a nuestro diario vivir. Así que dejas de tener tu tiempo, tus lugares de relajo, tus aficiones, tu sueño e incluso padeces por lo que está parcialmente solucionado, eso a pesar de que nadie pide que ayudemos y existe la “preocupación”, o sea que nos ocupamos de cosas que aún están por llegar.
A raiz de esta reflexión, recuerdo una conversación que mantuve con una amiga, hace por lo menos diez años.
Pues sí, aquella amiga, Maca, en una pequeña reunión comentó semi cabreada algo que a mi me caló hondo.
-Estoy algo indignada.
-Pues a ver, quizá sea algo que tu crees grande y a la postre es hasta minúsculo.
-Pues será pero te lo voy a decir. Venía para acá cuando me encontré con tres mujeres del pueblo vecino, (por cierto un familiar mío de allí, dice que es la capital de España), que igual entre todas sumaban como dos siglos y medio, una de ellas suele hablar mucho con mi madre.
-Hola mozuca,
-Hola, encantada de verte, besos sonoros y repetitivos, jeje.
-¿Qué tal estáis por casa?
-Pues bien, todos bien Cele, gracias.
-¡Ay mujer!, ¿de quién es esta cría?, -comentó la otra señora.
-Pues Toña, es nieta de Taquio, el de la cuadra grande.
-Si que estás olvidadiza, ¿a qué tu te acuerdas Lecia?
-Cachis en diez a ver, el padre se llama Pedro, el que compró cuando la "nevá" grande, el "carru" de Juan.
Y como comprenderás Lines, a mi se me subía por momentos la sangre a la cabeza.
-Si, jolín se casó con el hijo de Javi Alvarez, se llama también Javier.
-Pues la verdad, es que se me va la cabeza algo y…
En ese momento calculé que ya le iba a decir mi nombre y oficio, pero de eso nada, grrrr.
-A ver seguro que si te digo que el hijo es ese pelirrojillo, ese que montaron aquel coche que en vez de correr volaba, estaba con los nietos tuyos.
-Ahora ya sé quién es, maja familia sois, y... ¿cómo te llamabas?...
-Pues disimulé y me fui sin decírselo, que rabia, somos las nietas, hijas, esposas y madres, pero nunca saben lo que hacemos, ni tan siquiera como te llamas, me siento anulada, será tradición pero a mi me revienta por demás.
Como ves, parece que nos enseñaron a estar en las vidas de nuestra familia, pero limitándonos a ciertas cosas, abundantes por cierto, pero identificadas como, o, a disposición de alguien.
Pues una vez dicho esto, nos queda la opción de que llegando a cierta época de nuestra vida, para ponernos en marcha, hacer las cosas que gustan, aficiones, el tiempo propio que será innegociable, porque es nuestro, recuperar la autoestima, saber que valemos para todo y mucho, nuestros allegados son inocentes, aunque sin querer les hemos dado la opción de aprovecharse, hemos de lograrlo solitas, que sepamos que debemos quejarnos de lo que duele, cansarnos, descansar, estar un rato a solas, "somos humanas", todo ello sin dejar nuestros compromisos y respetando el sistema de derechos de los otros.
Otra cosa importante, es evitar buscar culpables, sucede y punto; tu tienes una ventaja de la que yo carecí, sabes sobradamente lo que quieres, tan solo necesitas el camino a seguir, a mi me gustaría ser esa mano que te sujeta, pero creo tener pocos recursos, también temo darte soluciones que sean equivocadas o erróneas.
En fin, esto se dice que ha de hacerse poco a poco, sin atracones, pero sin pausa, igual que comenzar una caminata de senderismo que nos llevaría muchas horas, es la forma de llegar sin llagas y sin agotamiento, sentir la satisfacción de terminar la senda y prepararse durante la semana de nuevo, para la próxima; será magnifico caminar por nuestra alma y en libertad. Elegir es un derecho, dentro de las posibilidades de cada uno, aunque sea pequesísimas cosas.
El respeto propio, siempre culmina por el respeto que los demás tendrán hacia nosotros y además hay que creérselo.
Uve, a veces cuando digo estas cosas, pero es posible que la primera que necesite de ellas soy yo misma, siempre se dijo que el que se cuida menos en las comidas, suele ser el cocinero.
Hasta pronto, buen paseo por dentro.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San Vte. De la Barquera
verano de 2009
2 comentarios:
Para hablar en una esquina el camino que has elegido te ha dado una gran sabiduria,me alegro de haber "coincidido en ese camino contigo.Besines
Dori
Hola Lines..
Es cierto ...un silencio me habitaba, pero ya el eco de vuestras letras resonaba en la distancia.
Abrazos para tí.
V
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