Me han contado esos mayores,
los de surcos arrugados
lo ocurrido en San Vicente
en otros tiempos pasados.
Costumbres y tradiciones
de mi Villa marinera,
algunas ya en el olvido,
otras en recuerdo quedan.
Las corridas de los toros
en la Plaza del Cantón,
rodeada con los carros
que hacían de paredón.
Nasas llenas de marisco
en el muelle reposaban,
con langostas y centollos
que los marinos pescaban.
Las costeras del bocarte
dejaban mucha alegría
pues no faltaba el trabajo
para aquel que lo quería.
Un balneario existía
junto a la orilla del mar,
donde tomaban sus aguas
los pudientes del lugar.
Y los vecinos dejaban
los portones sin cerrar,
no había llaves ni aldabillas
solo una cuerda y tirar.
Se sentaban en corrillos
en las puertas de las casas
y al lavadero llevaban
las mujeres sus coladas.
Me han contado esos mayores,
los de surcos arrugados
que vivían muy tranquilos
y que añoran esos años.
Flor Martínez Salces ©
28-JULIO-2009
los de surcos arrugados
lo ocurrido en San Vicente
en otros tiempos pasados.
Costumbres y tradiciones
de mi Villa marinera,
algunas ya en el olvido,
otras en recuerdo quedan.
Las corridas de los toros
en la Plaza del Cantón,
rodeada con los carros
que hacían de paredón.
Nasas llenas de marisco
en el muelle reposaban,
con langostas y centollos
que los marinos pescaban.
Las costeras del bocarte
dejaban mucha alegría
pues no faltaba el trabajo
para aquel que lo quería.
Un balneario existía
junto a la orilla del mar,
donde tomaban sus aguas
los pudientes del lugar.
Y los vecinos dejaban
los portones sin cerrar,
no había llaves ni aldabillas
solo una cuerda y tirar.
Se sentaban en corrillos
en las puertas de las casas
y al lavadero llevaban
las mujeres sus coladas.
Me han contado esos mayores,
los de surcos arrugados
que vivían muy tranquilos
y que añoran esos años.
Flor Martínez Salces ©
28-JULIO-2009
1 comentario:
!Olé la poetisa de San Vicente!Sigue contándonos cosas.
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