martes, 28 de julio de 2009

MARIPOSAS EN EL ESTOMAGO

Una tarde curioseando entre mis cajas de carton, encontré una agenda que tenía olvidada, ¡mi agenda "Mirga"! Lo primero que vi fueron dibujos de esa época adolescente, como la caricatura de Charlot, que creo logre, y ¡como no!, el signo de “haz el amor y no la guerra“, aunque entonces ignoraba su significado.

Luego me fui a las direcciones, cuanta emoción, amigas que tenia olvidadas, otras no y numeros de teléfono de esos primeros amores casi platónicos de chicos, que uno en particular solo con ver su nombre sentias “mariposas en el estomago“. ¡Que sensación tan bonita! y si hablabas con él ni te cuento. Pensaba ¿qué me ha querido decir, le gustaré, me llamará? y mas “mariposas en el estomago“.

Mas tarde, ese que te gusta, intenta siempre sentarse cerca de ti, caminar a tu lado, pero tú dignamente piensas que no note que estás encantada de la vida junto a él y te haces la dura.

Te fijas en su ropa, sus zapatos, su colonia... Él llevaba el primer dia, en un “guateque“, asi se llamaba en los setenta, un polo de una marca de reptil, (no hay propaganda gratuita) de color blanco. Pues bien, al siguiente día, yo compraba otro igual, ¿por qué?, muy fácil, para estar mas unida a él. ¡Dios mio cuántas tonterías se hacían entonces! Se me quedaban grabadas todas las canciones que habiamos bailado esa tarde y, tambien las compraba.

Un día, cuando me pidió mi número de telefono y no se notara mi interés en dárselo, le dije "¿mi número para qué?", ¡claro , se lo di!, pero ni lo anotó. ¡Uff , pensé no se acordará, pero si, llamó, con lo cual dije, definitivamente le gusto ya que lo ha memorizado. Bueno eso fue la prueba de amor mas enorme para mis quince añitos y mas “mariposas en el estomago“.

Me pasaba los días mirando el teléfono para que sonara y en mi interior diciendo: "llama, llama"... Cuando al fin sonaba mi corazón latía y latía descontrolado y al oir su voz diciendo mi nombre, ¡si!, mas “mariposas en el estomago“. "El viernes te espero a la salida del colegio, ¿vale?", de acuerdo, contestaba disimulando mi ilusion.

¡Qué largos se hacían los días hasta esa tarde!, ¡con qué ansias la esperaba!... Cuando al fin nos veíamos nos limitábamos a un ¡hola!, después, galantemente, cogía mis libros, eso me encantaba. Paseábamos hablando de ya no se que cosas, reiamos entre parques y cerca del mar, dandonos la mano. Decíamos que éramos dos almas gemelas, unidas para siempre jamás.

Me enseñó a conocer las estrellas, la osa menor, la mayor, el carro... Años mas tarde las sigo mirando. Esto duró unos meses ya que mi partida a otra región nos separó eternamente.

En nuestra despedida, los dos frente a frente, me dijo, no vayas a mirar hacia atrás y al volvernos, no lo hice. Antes, esa tarde, nos hicimos fotos y las intercambiamos. ¡Cuántas veces miré su foto!.

Nos escribíamos, hasta que ambos decidimos dejar de hacerlo porque palabras suyas, "nos estábamos haciendo daño". Guardo un recuerdo muy especial de esa época aunque no supe mas de él, y lo confieso, me hubiera gustado.

No le olvidé nunca, pero la vida me dio la oportunidad de conocer a otra persona más maravillosa e importante y de volver a sentir “mariposas en el estómago“ y con la que compartí largos años, pero eso es otra etapa de mi vida.

Dicen que el primer amor nunca se olvida.

Ana Pérez Urquiza ©
Julio 2009

4 comentarios:

Flor dijo...

Ana leyendo tu relato, durante unos momentos he vuelto a sentir esas"mariposas en el estomago" y he vuelto encantada a mis 15 años en los que tambien vivi algo parecido, y feliz he vuelto ha recordar "aquellos años".
Por favor sigue escribiendo para nosotros tus dulces experiencias,besitos.

Anonymous dijo...

La sonrisa y la risa están conmigo,incluso la piel de gallina,que rápido se entra en tus vivencias, cuanto se parecen a las propias.Espero siempre la lectura con tu firma, eres la cerilla que prende todas las hogueras de sensaciones...Lines

Anonymous dijo...

Magistral, Ana. Lo mejor que he leído tuyo. Cuando habla el corazón, las palabras son preciosas.
Y cuentanos la otra etapa de tu vida, Jesús

Anonymous dijo...

Madistral Ana. Lo mejor que he leido de ti. Cuando se habla con en corazón, las palabras salen preciosas. Ahora cuéntanos la otra etapa de tu vida, Jesús