No fueron muchas las veladas que compartimos.
más sï suficientes para llenar nuestros corazones de gozo.
Fueron relatos cariñosos, simpáticos, optimistas;
leídos con esa voz tuya tan potente y a la vez tan acogedora.
Desde tu estancia, háblanos, por favor,
sabes que te veremos sentado en tu lugar,
en la biblioteca,
que seguiremos manteniéndote en nuestro círculo de amantes de
la pluma.
Nos mantendremos callados cuando llegue tu turno
y tú nos llenarás con susurros...
Isabel Bascarán ©
1 comentario:
Me apunto a las palabras de Isabel, porque otras más bonitas es imposible dedicarle a nuestro compañero Máxi, Jesús
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