(Foto-Mari Carmen Abascal Álvarez)
En espera de que los humanos cambiemos a un presente de respeto hacia los demás, con alimentos, trabajo, paz, justicia y sin malos tratos.
Elegí derramar confidencias al aire
con mi voz asustada,
que dormían sin paz
en un cielo embarrado,
y logré convertirlas de supuesta esperanza,
olvidada y sin metas,
en el sueño de un futuro en presente...
Conseguí deshacer ese yugo
restañando la herida, de afuera a dentro,
y aún dejando lejanos mis lazos,
yo partí hasta un buen horizonte
sin miedo
y, sin sombra, descubrí mi reflejo.
“Hoy me asomo de frente
y descubro mi todo,
el respeto, la calma,
el amor sin encierros…
La emoción me ha vestido de fiesta,
se plegaron, ¡por fin!,
tantas penas, los miedos,
las antiguas tormentas,
que mudaron
resurgiendo como brisa templada en mi cielo.
Hoy consigo
donde ayer no cabía un mañana,
arraigarme en mi sueño de vida.”
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
25-XI-2013
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