lunes, 10 de junio de 2013

SUEÑO INTERRUPTUS


Llovía hoy, como casi siempre que nos vemos,
el agua anegaba hasta tus huellas
y sentí envidia,
y quise ser rival de ese chubasco.
Deseé ser la lluvia sobre tu cuerpo y tu alma,
y sumergirme en tu cabello
para que ahogara el tiempo en que quise creer en tu amor,
y por eso,
quise ser la lágrima en tus ojos
buscando calmar el sollozo de los míos.

Quería resbalar sobre tus sienes
y conquistarlas en mi deseo de realidad, para siempre,
rodar despacio hasta tus labios,
penetrar en tus besos húmedos,
llegar a tu cuello incitador de caricias…

Vi a cada gota caminarte,
y se anegó mi corazón de un deseo infinito
que quiso volverse llovizna sobre tu pecho,
poderoso, incitante,
y deseé que en él, me evaporases por completo.

Ansié convertirme en la ropa pegada a tu piel
y ser en ti otra piel,
y el beso apasionado,
y un abrazo sin espacio al aire sediento.
Soportaría la ebullición para embeber tu recato
y encogerle…

Ansío mudar en un eterno aguacero, donde,
solamente tú resplandezcas,
mi sol, mi luna…
Sería...
Sería un caudal de caricias entre tus dedos delicados
y sucumbiría en el mar por ser el diluvio
que empapara tu cuerpo,
para envolverme en la seda que te arropa…
Pero él no me deja.

¡Maldito paraguas
que resecas mi sueño de lluvia enamorada!

Ángeles Sánchez Gandarillas ©
9-VI-2013

No hay comentarios: