sábado, 16 de marzo de 2013

CARTA ABIERTA, ( QUIEN LEER APETEZCA)





            Paciente lector:   Seguramente no lo recuerdas, pero en junio de 2009 tuvimos en nuestra provincia un ventarrón que hizo infinidad de destrozos. A mi me afectó, porque arrancó el mirador  de una casa antigua que poseo en la calle Cisneros de Santander.

            La casa, la tenía y tengo asegurada con MAPFRE, a quien dí cuenta  inmediatamente del suceso. Les faltó tiempo para enviar a un técnico a revisar los desperfectos que habían sido desastrosos. Todo el cierro del mirador acristalado sobre armazón de madera, fue arrancado de cuajo, y gracias a Dios que al caer sobre la acera no pilló a nadie.

            Los “mapfriosos”, (no encuentro palabra más adecuada para nominar a los mandamás de Mapfre),  me informaron que solo se hacían cargo de la mano de obra de la colocación de un nuevo mirador, cuya completa y nueva construcción correría por mi cuenta. La razón que me dieron para tomar esta inapelable decisión, fue que según  su técnico, la madera arrancada por el viento, era demasiado vieja.

            Les contesté a vuelta de correo y en carta certificada  con el fin de aclarar un solo concepto: Si enviaron a un técnico, y no me pagan un nuevo mirador porque la madera era demasiado vieja, (a mi me hacía el mismo servicio que si fuera demasiado nueva),  ¿por qué no enviaron así mismo al técnico cuando contraté  la póliza, para cobrarme anualmente a razón de un mirador de madera vieja que no me iban a pagar llegado el caso?

            Pues mira amigo, la callada por respuesta. ¡Como si no hubieran recibido el certificado!. Supusieron, con la razón que la experiencia les da los mapfriosos,  que responder era dialogar, y dialogar suponía ceder en algo. Estuve tentado a cambiar de aseguradora, pero temí, (con la experiencia que el tiempo da a los más débiles), que sería cambiar de collar, pero no de perro. No obstante la espina dentro la tengo, y seguro que puntúa para  un nuevo descontento.

            A continuación transcribo la carta que en su día les envié:
                                                                                    

            MAPFRE/ familiar
            Poeta Agustin Millares 3 35008


Expte.    XXXXXXXXX
Póliza     XXXXXXXXX                        San Vicente de la Barquera, 23 junio de 2009


            Sres de MAPFRE: Acepto su liquidación porque no me que queda otro remedio. Ustedes deciden, y yo lo tomo o lo dejo. No acudo al procedimiento pericial previsto en el Art. 38, porque ni entiendo ni quiero complicadas  legalidades en las que siempre  sale perjudicada la parte más débil.

            Yo solo entiendo de razones, y de sentido común. Me hablan ahora del porcentaje de depreciación que  se refleja en el artículo 3 del Condicionado General. Esa depreciación del material del mirador, a mi me hacía el mismo servicio que nuevo, si no hubiera sido por el viento que lo arrancó. A la hora de pagar, mandan primero a sus técnicos que contrasten. No los mandaron ustedes a la hora de contratar la póliza, para si el material no era bueno, cobrarme de póliza de acuerdo con lo que estaban dispuestos a pagar llegado este caso. Me han  estado cobrando anualmente lo mismo que si me pusieran un mirador nuevo.

            Me siento indefenso, y en cierto modo atropellado por la ley del más fuerte. Además de esta, tengo con ustedes otras tres pólizas: La XXXXXXXXXXXX, la XXXXXXXXXXXX y la XXXXXXXXXXXX, y tengo miedo que si algún día, Dios no lo quiera, tengo en ellas algún accidente, ustedes encuentren fórmulas “legales”  para no abonarme no lo legal, sino lo que es justo, y por ello estudio el cambiar de aseguradora en busca de mejor amparo.

            Espero reconsideren su aptitud y puedan hacerme una oferta que deje, aunque sólo sea medianamente satisfechas a ambas partes.

            Les saluda atentamente,

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            Pues lo que  te digo, amigo: Ni pío. De esto va a hacer cuatro años.  ¿Qué por qué lo saco ahora a relucir? Facilísimo:  En el Taller de Escritura de la Biblioteca Municipal de San Vicente de la Barquera, Rafael  Sánchez Ortegal que es quien le dirige, nos pone cada mes un tema sobre el que escribir, y en esta ocasión escogió LA CARTA. .


                                   J. González González ©

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