jueves, 9 de agosto de 2012

BRIÑÓN Y LECHE


Fruta y leche, dos alimentos que son opuestos en sabores y en texturas; al comerlos juntos producen cierto escalofrío, rejuvenecen las papilas gustativas y se convierte en la aventura del sabor y del sentir...


Ponme la mano aquí Macorina, ponme la mano aquí, tus senos, carne de anon, tu boca, una bendición...


Así es disfrutar de un concierto en directo de Chavela Vargas, algo nuevo que apresa; una mujer sentimiento que habla y canta, que envuelve feroz y sensible, que ama y olvida...Su cara demuestra en los gestos la pasión más fuerte, el amor más desgarrado, el llanto más sentido, la vida que arrastra bajo una voz que rompe el aire, el alma, una voz salida de adentro, de un mundo en el que parece haber sentido cada letra en esas músicas melancólicas...


Llorona, llorona, el que no sabe de amores, llorona, no sabe lo que es martirio...


Sí, Chavela, pura energía, pura verdad, pura lucha, pura hasta en sus actos más irreverentes..., y lo hecho así queda, quizá, hirió a la sociedad de entonces en sus decisiones, pero, era la Chavela de la protesta en su ropaje que era reservado al hombre, de su pelo permanentemente corto, en su forma de vida, o en la compra de aquella isla donde construyó una gran casa, que a pesar de estar frente a su mar, la ahogó de grandeza; así era Chavela, inesperada incluso, para ella misma...


Él me hizo fácil borrar de mi memoria, esa mujer a quien yo amaba tanto, ahora, la olvido cada día más y más...


Su rostro es un mapa de sentires, un surco bajo otro surco, un detalle de vida, del tequila, de la abstemia, del amor que fue bueno o malo, nunca se sabe –dice-, de cada momento vivido y que hubo de ser así. Sus labios marcan sensualidad y belleza sin ambages, vigorosa, de pistola al cinto porque así lo quisieron las circunstancias y la seguridad, mujer, mujer, y que no deseo ser madre pues, -podría olvidarme al hijo en uno de mis viajes...


Cuando tú te hayas ido, me envolverán las sombras, con mi dolor a solas, en la penumbra vana de la pequeña alcoba, cuando en la tibia tarde... me acariciabas toda...


Sus dientes en una sonrisa grande, apenada e igualada, reluciente, en una mueca de risa cínica, despechada, o, en miradas que sobrecogen a las almas llorosas que la admiran, sus miradas entrecerradas, febriles... Desencaja las mandíbulas y cierra la boca súbitamente, dejando esa voz entrecortada y dura, entrecortada y dulce, entrecortada y perseguida con la mirada por los espectadores, que hipnotizados, esperan una nueva nota que les deshaga el nudo en el resuello, que los rescate de la niebla de su pelo...


Terminé llorando a mares donde no me vieras tú; si yo te hubiera dicho, no te vayas..., que triste me esperaba el porvenir...


Sentimientos encontrados en la boca y en el alma, leche con briñón verde, dulce y acido, terso y liquido; Chavela mujer, cantante, poeta de la canción que declama como nadie lo hará jamás, porque, tiene dentro el sentimiento de la vida de todos, de la existencia en cada cual...


Chavela Vargas..., siéntela en los directos y la verás en la coincidencia de los propios sentimientos...


Quiero volver, volver, volver..., nos dejamos hace tiempo pero se llegó el momento de perder... y me muero por volver...



Ángeles Sánchez Gandarillas ©
9-VII-2012

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