I
No lo olvides, buen muchacho,
has de echar toda la red
y quizás puedas pescar
nuestros destinos también.
Verás las bellas sirenas
escamadas en su tez,
con la mirada azul cielo,
sumergiéndose en la miel.
Pescarás al fin tus sueños
de sirena o de mujer,
desde el cielo al horizonte,
no desistas y ten fe.
II
Anónimo marinero,
pon razón en la corriente,
en el amor, con la mar
y en la vida... contenerse.
Huye rápido del tiempo,
de mitológicos seres
que dejarán con favores
lo que en la vida se pierde.
Nadarás justo a su lado
flotando en aguas ardientes,
desnudos, y entre las olas
con el roce de los peces.
A pesar de su belleza
te diste cuenta doliente,
que jamás sería tuya;
siendo leyenda por siempre.
III
Y volverás a la lancha,
retomarás tu después,
lograrás otra sirena
de la tierra, y del Edén.
No temas, ella no ha muerto
la escoltará Lucifer,
y volverá, tu lo sabes,
al recuerdo, aún siendo fiel.
Pesca, pesca marinero,
y renuncia a tu corcel,
arría pronto la estacha,
iza velas..., boga bien.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
4-I-2012
1 comentario:
Gracias mil al pescador de rimas, por su ayuda, por despescar las estrofas que separó por capítulos, por ser persona y puerto de amarre, por darme parte de su pesca para llevarla a mi casa-poema, porque si no, esta poesía padecería de "empacho"...Lns
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