Subí por los altos del pueblo buscando el aire más puro, y como siempre que voy por allí, terminé en la biblioteca. Por lo menos un imán, tiene esta biblioteca nuestra, ¿a que sí,? Se llama María. Estoy seguro que muchos de vosotros también habéis hecho más de una vez, lo mismo que hice yo hoy: entrar sólo por decir “hola, María”. Nada de ver estanterías, ni siquiera los libros más cercanos. Con una sonrisa de María, ya se sale de allí satisfecho.
Sin embargo hoy, pareció como si me hubiera estado esperando con la escopeta cargada. “Estás muy negativo”, me dijo. Y para sentirse más segura de que lo que me decía era acertado, argumentó que ya lo habían comentado por la mañana con tres o cuatro que se juntaron en el mismo lugar. Y mira tu los detectives estos… ¡Sólo porque escribí dos o tres relatos de los que no acaban con un beso en la boca!
¡Jo! Pues si llego a escribir el cuarto que me rondaba en la mente… Este cuarto relato me le estaba inspirando un sueño tontorrón e insistente que me persigue desde que empecé el tratamiento para frenar mi excesiva producción plaquetaria. No, no es que me quede dormido de pié, ni mucho menos. Pero oye, nada más terminar de comer me entra un sopor tan dulce y tan cariñoso conmigo, que a falta de otros placeres ya casi olvidados, como quien no quiere la cosa me dejo adormecer mientras miro la tele, de tal forma, que me quedo frito sin haberme podido enterar de cómo va la salud del tito de Chayo Mohedano. ¡Que ya es decir! Y por las noches…Bueno, yo al principio le echaba la culpa al libro de Jorge Luís BORGES que estamos leyendo ahora en El Club de Lectura, que no hay dios que le aguante. Pero no, del tercer relato me pasé al último que es el que da título al libro, por ver si mejoraba la cosa, y terminé cerrándole con la promesa de no volver a abrir otro de un autor nacido en la pampa o sus aledaños. Pues como te cuento, que dejé el libro, pero en cuanto echo gaznate abajo el último bocado, se me cierran los párpados. Y ya me pueden ofrecer oro molido, que como la cama no hay nada. Lo que yo pensaba escribir era sobre lo bonito de pasar de este mundo al otro dentro de un sueño tan dulce como este.
¡Pero cualquiera! Sería escandalizar a María y sus tertulianos, y eso no me lo perdonaría. Sin embargo yo eso no lo catalogo de negativo. ¡Es puro positivismo! Ochenta tacos, y la sangre haciéndome tonterías. Lo más natural es que un día casque. Esto es pensar en positivo, pensar la realidad de las cosas; lo demás sería como esconder la cabeza debajo del ala. Y estas cosas no se hablan, no se dicen ni se comentan, total, para qué. Pero mira, se escriben cuando no se te ocurre otra cosa mejor. Pero que conste, que lo hago con el mismo entusiasmo que la duquesa de Alba su pone una minifalda. Vamos, que ni frío ni calor me da la cosa.
J.González ©
1 comentario:
Jesús , no me gustan nada de nada tus últimos comentarios , mi padre tiene tu misma edad y ya que lotengo lejos tú me lo recuerdas cuando te veo y me recibes con cariño , así que por favor no me falles te quiero alegre y positivo , no me falles , a mí la la vida me quito a una persona muy importante en mi vida y ... aqui sigo ,tu la tienes a tu lado , así que de negativo na de na , con el librito de Borges... no puedo con el , me ha pasado como a ti debo de ser una inculta jajaajaja... bueno nos veremos el 16 , y te quiero positivo y alegre como siempre.Un besito , Jesús .
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