viernes, 22 de octubre de 2010

SONETO EMBRIAGADO

Con los ojos cerrados y durmiente,
despertome el movimiento en la noche,
tropezasteis de pronto por fantoche,
y jurando, seguisteis torpemente.

Por el ruido y el susto, es evidente,
mi cabello enredose con derroche,
agarreme a la tranca del birloche,
y al trancazo, rompile casi un diente.

De tanta fuerza os visteis sorprendido,
que cayendo, de bruces vos quedaste,
sin querer, ese daño os he infligido.

En una hora, por fin me has conocido,
mil perdones pedisteme y rogaste,
a pesar de ese labio ennegrecido.

Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San Vte. de la Barquera
22 de octubre de 2010

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