lunes, 25 de octubre de 2010

MAMÁ… PIS

De nuevo EL teatro en casa; tan solo faltaron por ocupar unas pocas butacas.

Presenciamos una obra de comedia desenfadada y humorística, “Mamá…pis”, adaptación de la obra “Criaturas” de Sergi Belbel y otros siete autores. Trata de las dificultades del oficio de padres y el de hijos. Interpretada con profesionalidad por el grupo de aficionados, “Corocotta Teatro”, de Reinosa, han sido merecedores de un extenso bagaje en premios, reconocimientos y experiencias, son siete actores, director, y encargado de sonido y luminotecnia. Satisfacción de todos los espectadores, por el guión e interpretación de los actores. Muy buena.

Se desarrolló en diferentes pasajes o escenas, en un escenario cubierto de piezas de armas gigantescas, de colores, sentadas sobre ellas, cuatro madres angustiadas, acuciadas en la problemática de crianza de los hijos.

Una madre de familia monoparental, la mamá tipo con muchos hijos y angustiada por todo, la divorciada o, la que a cada paso de sus inseguridades, necesita un psicólogo que la aconseje, la pasota y la madre hijos no deseados. Sufren desde el nacimiento de los bebés, después y siempre; si come o duerme lo suficiente, si es demasiado, si se enferma, si habla o anda en el tiempo estipulado, la ropa, el colegio, padecen tanto por el que no sale, como por el que lo hace demasiado, con el retraído, el obsesionado, superdotado o contestatario y por sus diferentes edades, las preguntan del porqué de todo, quizá hasta cuando se independizan -¡por fin!-, a cambio no aportan nada, ni siquiera el cariño necesario.

La pretensión de creer que nuestros hijos e hijas son una prolongación de nosotros mismos, son ellos y tiene su propia personalidad, necesitan vivir por si solos pero… viviendo de nosotros.

Total que al final, después de teatralizar estas situaciones, coreándose en algunas palabras, deciden que odian a sus hijos. Queda patente un humor rozando con lo ácido.

En este pasaje, llegó el turno a los padres de los recién nacidos, después de tomar en video el parto y el consiguiente desmayo del papá, están pegados a los cristales de la incubadora, con muecas ruidosas y exclamaciones extremas y risibles, aparece el otro tipo de padre que recrimina su actuación, inservible, pues ni les escuchan, ni les ven; comienza una perorata del papá lector, supuestamente entendido en esa materia y dando consejos excesivos sobre como educar, afeando las demostraciones de los estrenados progenitores.

De nuevo regresan madres a escena, con los embarazos agobiantes, el excesivo aumento de pecho, barriga y cadera, vómitos, ropas amplias, feas, y demás, llenándose de objetos supuestamente necesarios para el futuro. Por ser parturienta se permite desbarrar, gritar o intentar golpear a los futuros papás, la única satisfacción dicen, de tanto sufrimiento. Y ha llegado el recién nacido, mucha alegría, pero con responsabilidades, comidas, caquitas de bebé, aparentando ser de un cristiano grande, ¡Ag.!; dando de mamar en sitios públicos, observadas en la desnudez de esas ¡enormes! mamas u otras partes, de su anatomía al aire.

Y los chiq1uillos, parecen no tener otra cosa que: comer, dormir (cuando duermen), crecer y hacer cacas, pobres padres novatos. Será bueno decir que los hijos, se titularon el mismo día como tales. Sonrío.

En siguiente acto, salen los hijos a demostrar las dificultades ante la nueva vida. Con cartas a los Reyes, oscilando entre los dudosos para elegir un regalo, ante tantas ofertas como tienen o deseando a ultranza un determinado juguete de un amigo, pero el del amigo no otro; aquellos niños que lo único que piden es que no se olviden de ir a buscarlo a clase, acudan a sus obras de teatro o no quedarse aislado entre divorcio y divorcio, otros se encuentra solos y piden a los Magos uno o más hermanos, el que decide pedir la eliminación del “profe”, además de reventar el centro escolar.

Niños que conviven con las angustias ya vistas en los padres. Desde averiguar la auténtica personalidad de Reyes o Papás Noeles, aprovechadores de circunstancias en diferencias de opinión de los padres o en separaciones, manejándolos para conseguir sus caprichos, o tener de golpe, doble de padres y hermanos a medias; edad de curiosidad, esas épocas en que se esconden tras o dentro de cajas, cajones o armarios, sufrimientos, miedos, ver los cambios en su cuerpo al crecer, reflejados en excesos hormonales, victimar pobres insectos o diferentes animalillos, cercenando o amputándolos, para sus investigaciones,.

Padres, intentando responder a los hijos preguntas sorprendentes, supuestos complejos de Electra, tantología darwiniana, infidelidades, sentimientos de culpa ante el cuidado de los niños abocados a otros o a las guarderías; todo ello en clave humorística, mordaz, pero demostrando la vida misma, angustias, rompimientos, preguntas sin respuesta.

Recomendable esta obra, más aún, además de dejar un regusto de alegría, aprendiendo y a la vez, reflexionar, pues evidenciaron nuestro paso por algunas de ellas.

Como anécdota, sonó la alarma sin motivo y la actriz representando a una niña en el escenario, ante el atacante sonido de alarma, dijo: no puedo hablar por este ruido que mi papá no sabe arreglar, este fue el momento donde el público asistente, se entregó por completo.

¡Bien, por el Grupo de Teatro de aficionados Corocotta!


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San Vte. de la Barquera
23 de octubre de 2010

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