domingo, 25 de julio de 2010

LAS MUSAS

El otro día en La Revilla charlábamos Nieves, Lines, Rafael y yo, no recuerdo sobre que cosa, pero Lines por dos veces se refirió a su bolso y Rafael que no pierde comba, apuntó: Mira, buen tema para un trabajo del Taller, un bolso de mujer.

Hoy me sorprendió Lines con el ordenador al hombro y le dije que iba un rato al Club de la Caja, pero no sabía sobre que escribir,

-Las musas. Escribe sobre las musas.- Me dijo toda seria.

Y resulta que yo no conozco a esas señoras. Lo de las musa…rañas, todavía me suena un poco, pero ¡las musas…!

Luego Lines me preguntó si había musos.

-No lo se, pero si hay musas y hay musos, seguro que también tiene que haber musines.-Y nos reímos los dos.

-¿Pero a ti no te inspiran las musas?

-Que no, Lines, que yo no conozco a esas individuas. A mi no me inspira nadie. A mi se me ocurren cosas, y las escribo, eso es todo. Pero mira, ya me metiste en un lío; ahora no me queda mas remedio que intentar saber quienes son esas pendejas. Y para más coña, ya me las estoy imaginando con el bolso de mujer que decía Rafa, en la mano. Se dice que eran nueve, pero vete tu a saber… Me las imagino dándole vueltas en las manos a sus bolsos mientras se paseaban por las nubes del Helicón. No serian estas las chocholinas del Parnaso? Y acabo de leer que se movían bajo la presidencia del dios Apolo, barbilampiño y desnudo. Casi como si diríamos afeminado y exhibicionista. Seguro que este tío las explotaba. Por algo a esas cosas le dicen el oficio más antiguo del mundo…

-De verdad crees Lines que gente de esta calaña puede inspirar a alguien? Mira, por muy divinas que fueran, después de ponerles en las manos el bolso ese… ¡”Pa” su abuela!

Porque el bolso, hoy… hombre, sí, guardáis el teléfono, la lista del supermercado, y las tarjetas de crédito. Pero hasta hace bien poco… Mira en mi juventud se cantaba un corrido mejicano, que refiriéndose a las mujeres, decía: “Otras gastan unos bolsos que abultan por su tamaño, que han costado a mil pesetas y total para llevar, la barrita de los labios, un espejo y colorete, una carta, dos retratos y un pañuelo sin lavar”. (Yo siempre me preguntaba que si el corrido era mejicano porqué coño pagaban el bolso en pesetas y no en pesos que era lo suyo, pero nadie me dio la respuesta.)

Yo pienso que eso de la inspiración de las musas es una floritura más con la que los literatos adornan sus propios sueños. Pero cuando ponemos los pies en el suelo la realidad nos dice otra cosa. Las mujeres, y los hombres también, tenemos suficiente imaginación como para inventarnos historias sin que nadie baje del Olimpo a ponerlas en nuestro cerebro. A esta inspiración algunos le llaman “numen”. Que le llamen como quieran, pero lo que yo pienso es que lo realmente importante, es acertar a contar esas historias sin repetir palabras y expresiones, de una forma amena y elegante. Pero eso es muy difícil. Dicen que nuestra lengua castellana tiene de trescientas a cuatrocientas mil palabras distintas. Parece ser que muy seguro no está ninguno de los que las han contado porque hay muchas formas de hacerlo, y cada poco nacen nuevas expresiones y otras se momifican, y para escribir con elegancia hay que conocer y usar muchas más de las pocas que, por ejemplo, yo conozco. Por otro lado es necesario un enorme conocimiento del mundo y sus gentes, y una cultura amplia para tocar termas que sean realmente interesantes. Sin esto, por muchas musas que nos ronden muy lejos no podemos llegar. Así es que yo me hice amigo de las “musucas” de estos pueblos nuestros de Cantabria que me cuentan cosucas de por aquí, y con la docena y media de palabras que conozco trato de “entarajilarlas”, para sacar un aprobado aunque sea ramplón, ante el tribunal de nuestro entrañable Taller.


Jesús González González ©
Julio 2010

2 comentarios:

Flor dijo...

"Habelas","hailas",como las meigas,hay que saber encontrarlas,y que te den su sabiduria,aunque a ti no te hacen falta.

Anónimo dijo...

gente de esa "Calaña" ha inspirado a grandes autores., otros las han inmortalizado,en sus obras...desdibuja tu percepcion de aquellas inspiradoras, quizas tu musa sea la viva misma.


V