sábado, 8 de mayo de 2010

LA FOLÍA


(Escribir un texto que incluya estas palabras, y en el mismo orden: PRENDA ÍNTIMA-DESESPERACIÓN-HUIDA-FRAGOR-EXPECTATIVAS-TIEMPO-NO LLEGABA-POR DENTRO-SORPRESA-DESTINO-CORAZONADA-ILUSIONES-AMORES-QUIMERAS-IDEALES-RUTINA-NUNCA-QUISO-CREDOS-LÚDICO-ULTIMANDO-OBJETIVOS-ACTITUD-DESENFRENO).


La misa fue a las doce y llegué tarde porque cuando quise aparcar el coche después de dejar a mi mujer lo más cerca posible del templo que los guardias municipales me permitieron, comprobé con DESESPERACIÓN que en todo lo alto de La Barrera y sus aledaños no había una sola plaza. Rápido, como en HUÍDA vertiginosa, regresé a la parte baja del pueblo, crucé frente al FRAGOR de tenderetes y carruseles que había en el “relleno”, y seguí hasta el muelle en busca de nuevas EXPECTATIVAS de aparcamiento. Iba ya fuera de TIEMPO seguro de que por mucho que corriera, ya NO LLEGABA para el inicio de la ceremonia. Encontré lugar en el muelle, corrí Castillo arriba, y cuando atravesé la puerta de la iglesia comprobé que si había tanta gente fuera era porque POR DENTRO ya no cabía un alma más. A pesar de ello me hice un hueco y seguí el rito apoyado contra las piedras viejas de la inmensa pared. De repente, ¡Oh, SORPRESA!, el DESTINO quiso que llegara en el momento preciso para escuchar tambores y trompetas que la banda de jóvenes marinos hicieron sonar a la elevación de la Hostia. Si había corrido tanto, fue por eso, porque una CORAZONADA me dijo que algo hermoso podía perderme. La Coral Barquera fue otra exquisitez de la solemnidad del día. El cura habló en su homilía de ILUSIONES y AMORES que sobre la gente del pueblo derramaba la Virgen, y nos exhortó a olvidar QUIMERAS e IDEALES mundanos que no son más que una RUTINA que NUNCA conduce a Dios. QUISO el destino situarme en el punto preciso para que mis ojos, dejando volar su mirada sobre las cabezas de las gentes que llenaban el templo, descubrieran al fondo el altar, al tiempo que por tener tanta gente ante ellos, pudieran testificar el fervor del pueblo. Había gente extranjera. Sin duda confluencia de CREDOS en LÚDICO movimiento se unieron para ir ULTIMANDO los mismos OBJETIVOS: Disponer el espíritu en ACTITUD abierta al cielo. Terminada la misa la Coral quiso ofrecer un mini-concierto, y cuando ya presurosa la gente salía, a toda marcha, casi con DESENFRENO, arrancaron cantando: “San Vicente, San Vicente, te queremos saludar….”

A la procesión quise bajar con el coche lo que fue motivo de otro rato de DESESPERACIÓN porque el tema de aparcamiento estaba mucho peor que en la mañana. Los vehículos se movían por el pueblo en todas direcciones como en HUÍDA a ninguna parte, y a mi no me quedó otro remedio que volver cerca de casa, aunque pude dejarle donde a la noche me subiera al menos el último repecho. El FRAGOR de los tambores envolvía el pueblo cuando bajando a pié por La Romerona vi grandes EXPECTATIVAS de público porque el Puente Nuevo estaba abarrotado de gente. El TIEMPO amenazaba con lluvia aunque pasaron los minutos y el agua NO LLEGABA. San Vicente POR DENTRO de sus calles principales era un hervidero de gente, y yo fui de SORPRESA en sorpresa saludando a un montón de conocidos que vinieron a la fiesta. A lo lejos venía la Procesión. Era magnífica la formación de los marinos, serios, altivos, marcando el paso lento y seguro de quien de antemano conoce su DESTINO, y tras ellos algo hermoso que por esperado ya no era CORAZONADA: la Virgen de la Barquera en lo alto de sus andas meciéndose al compás de sus portadores. Tras ella los curas revestidos y las autoridades silenciosas con porte digno. Un alto, el último descanso antes del embarque, y las jóvenes picayas cantaron y danzaron pletóricas de ILUSIONES a la Virgen de sus AMORES. Después el embarque multitudinario. ¡A la mar, la Virgen! ¡A la mar, marineros! ¡A la mar el pueblo, y los visitantes! Había fervor, ¡fuera QUIMERAS! Había IDEALES, ¡Fuera RUTINA…! NUNCA vi tanta gente en el puente y tanta gente en el muelle. QUISO el destino que entre la multitud descubriera chinos y marroquíes para yo poder adaptar aquí la poco ubicable palabra de CREDOS, que no es nada fácil colocar adecuadamente dentro de este LÚDICO entresijo de palabras que la “Actividad 12” nos exige. ULTIMANDO el relato y los OBJETIVOS más o menos conseguidos, solo me queda decir que regresada del mar la procesión, volvimos a retomar la ACTITUD recogida del momento y acompañamos a nuestra Virgen hasta su santuario de la Barquera donde se la despidió con una Salve Marinera.

No, que va. No fue un olvido el de la palabra primera. Me explico: Finalizada la larga actividad religiosa, la juventud regresó rápida a la plaza. Tenían tanta prisa por llegar al lugar de bailoteo y diversión, que más que con rapidez, regresaron con DESENFRENO. Y es entonces, cuando suena la música y comienza la noche, cuando las pasiones empiezan a despertarse y cuando realmente se teme por la integridad física de cualquier PRENDA ÍNTIMA que se precie de serlo. Hay tirantes que se rompen, elásticos que se dilatan… En resumen, La Folia…

Jesús González González ©

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