No voy a descubrir yo a estas alturas quien fue este hombre. Supongo que es sobradamente conocido por todo el mundo. Pero como siempre estamos algunos que respondemos, “si, ami me suena, pero no se muy bien…”, pues en cuatro palabras explico que fue un hombre bajito y delgado que siempre vistió camisa caqui y pantalón casi nunca planchado, de algodón, e invariablemente calzó sandalias de cuero.
Vicente Ferrer, poseedor de un espíritu revolucionario, amante de la justicia y la igualdad, se hizo sacerdote jesuita y en 1952 marchó a Mumbai, (India,) soñando con erradicar el hambre y el sufrimiento de los más pobres.
La labor de éste hombre de figura minúscula, fue gigantesca. Tanto, que entre muchos dirigentes del país se generaron suspicacias que derivaron en su expulsión de la India; pero la masiva protesta de más de treinta mil campesinos que iniciaron una marcha de doscientos cincuenta kilómetros a pie, secundada por intelectuales, líderes religiosos, y políticos, logró la intervención de Indira Gandhi quien en reconocimiento a su ingente labor, hizo que al año de su marcha, retornara en 1969, esta vez a Anantapur, un lugar miserable y desértico del sur de la India
Para entonces las suspicacias habían llegado hasta las altas esferas de la Compañía de Jesús, quienes se creyeron con el pleno derecho de administrar los donativos dados a Ferrer como ayuda a su labor, poniendo a éste en la disyuntiva de elegir entre su orden religiosa o su tarea de ayuda a los más miserables, y eligió lo último.
Tiempo antes un periódico inglés envía a la India a la periodista Anne Perry para que hiciera una entrevista al popular religioso, quien cautivada por su altruista trabajo abandona el periodismo y se pone a su lado como una colaboradora más de su heroica labor.
Abandonado el sacerdocio, Vicente se casa con Anne, y junto con ella crea la Fundación Vicente Ferrer que durante más de cuarenta años viene funcionando con un Programa Integral de Desarrollo en la India, con el que colabora un gran número de instituciones públicas españolas.
La fundación creada por este filántropo español conocido en el mundo entero, ha hecho posible la construcción de cinco hospitales, innumerables escuelas, caminos, pozos y casas, en CIENTOS de pueblos del sur de la India.
La labor de Vicente Ferrer ha sido reconocida de esta forma:
Premio Príncipe Felipe de la Concordia, en 1998.
Español Universal, en 1998
Premio Convivencia de la Ciudad Autónoma de Ceuta, en el 2000
Miembro de la Comisión para la Erradicación de la Pobreza, en el 2000
Cruz de San Jorge de la Generalidad de Cataluña, en el 2000
Premio Derechos Humanos de la Abogacía Española, en el 2000
Personaje Destacado de la Historia del Siglo XX, por la UNESCO en el 2001
Gran Cruz Orden Civil de la Solidaridad Social, del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España, 2002.
Premio al Espíritu Olímpico, 2002.
Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia 2001
Doctor Honoris Causa por la Universidad de Huelva, l994.
Medalla de Oro del Trabajo, por el Estado de Andhra Pradesh, 2000
Reconocimiento de la Comisión Europea como mejor ONG tras el terremoto de Guyarat, 2001.
Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil del Gobierno Español, 2009.
Premio Catalán del Año 2008, Periódico de Catalunya.
Creo que la labor de Vicente Ferrer solo puede ser comparable a la de la Madre Teresa de Calcuta a la que en 1948 el Papa Pio XII dio permiso para ejercer como “monja independiente” que recorrió los arrabales de Calcuta entre los más miserables, recogiendo enfermos de sida, hambrientos y moribundos. Fundó la orden de Misioneras de la Caridad, murió en 1997, y fue beatificada por Juan Pablo II en el año 2003.
Vicente Ferrer fue en vida un santo prácticamente ignorado por los medios de comunicación. Murió el 19 de junio, y apenas unas escuetas informaciones en televisión, y poco más en los periódicos.
Una semana más tarde murió Maikel Jackson, y en el mundo entero faltó tinta para imprimir fotos, biografías y cábalas de todo tipo. No tengo nada en contra del negrito blanqueado, y pienso que si con sus bailes de huesos descoyuntados y su música para mi enervante, entusiasmó al mundo entero, justo es que unos escriban y otros lean. Aunque si tan sólo una mínima parte de cuanto se ha dicho y escrito de sus relaciones sexuales con niños fuera verdad, debería ser lo suficiente para eclipsar su estrella.
Pervertir a menores creo que es lo más bajo y abyecto a que puede llegar un ser humano.
Si me cuesta comprender lo poco que sobre Vicente Ferrer hablaron los medios de información, mucho más incomprensible para mi fue el silencio de la Iglesia. Verdad es que ignoro su postura porque no se me ha ocurrido investigarlo. Pero tampoco he investigado su postura ante el aborto, y he visto miles de fotografías con bebés junto a linces por todas partes, y juro que esto no me parece mal. Me parece mal el silencio ante Ferrer.
Soy cristiano convencido y católico practicante, y me duele este silencio ante la muerte de un hombre que dedicó toda una vida a seguir el evangelio de Cristo: “Ama al prójimo como a ti mismo”.
Decía Gonzalito el de Lamadrid que, cada uno piensa con “la su” cabeza, y no le faltaba razón. Yo pienso con la mía, que no es ni mucho menos la mejor pensante, y además vete tu a saber si dentro de ella cada neurona está bien colocada en su sitio, por lo que os ruego no deis mucho crédito a mi reflexión:
Creo que si Vicente Ferrer no hubiera dejado el sacerdocio, Roma ya estaría pensando en subirle a los altares. Esto me hace pensar que Roma cree que quien no está con ella, no está con Dios. Parece como si Roma se hubiera adueñado de Dios, y ella decide a quien se le da y a quien se le niega. Lo de que la cabeza visible de Cristo en la tierra es infalible. Pienso que Dios es de todos, y cada cual le busca a su manera. Si realmente hay un cielo, ese ha sido para Ferrer, "digan lo que digan… los demás", como cantaba Rafael.
Jesús González González ©
Julio 2009
Vicente Ferrer, poseedor de un espíritu revolucionario, amante de la justicia y la igualdad, se hizo sacerdote jesuita y en 1952 marchó a Mumbai, (India,) soñando con erradicar el hambre y el sufrimiento de los más pobres.
La labor de éste hombre de figura minúscula, fue gigantesca. Tanto, que entre muchos dirigentes del país se generaron suspicacias que derivaron en su expulsión de la India; pero la masiva protesta de más de treinta mil campesinos que iniciaron una marcha de doscientos cincuenta kilómetros a pie, secundada por intelectuales, líderes religiosos, y políticos, logró la intervención de Indira Gandhi quien en reconocimiento a su ingente labor, hizo que al año de su marcha, retornara en 1969, esta vez a Anantapur, un lugar miserable y desértico del sur de la India
Para entonces las suspicacias habían llegado hasta las altas esferas de la Compañía de Jesús, quienes se creyeron con el pleno derecho de administrar los donativos dados a Ferrer como ayuda a su labor, poniendo a éste en la disyuntiva de elegir entre su orden religiosa o su tarea de ayuda a los más miserables, y eligió lo último.
Tiempo antes un periódico inglés envía a la India a la periodista Anne Perry para que hiciera una entrevista al popular religioso, quien cautivada por su altruista trabajo abandona el periodismo y se pone a su lado como una colaboradora más de su heroica labor.
Abandonado el sacerdocio, Vicente se casa con Anne, y junto con ella crea la Fundación Vicente Ferrer que durante más de cuarenta años viene funcionando con un Programa Integral de Desarrollo en la India, con el que colabora un gran número de instituciones públicas españolas.
La fundación creada por este filántropo español conocido en el mundo entero, ha hecho posible la construcción de cinco hospitales, innumerables escuelas, caminos, pozos y casas, en CIENTOS de pueblos del sur de la India.
La labor de Vicente Ferrer ha sido reconocida de esta forma:
Premio Príncipe Felipe de la Concordia, en 1998.
Español Universal, en 1998
Premio Convivencia de la Ciudad Autónoma de Ceuta, en el 2000
Miembro de la Comisión para la Erradicación de la Pobreza, en el 2000
Cruz de San Jorge de la Generalidad de Cataluña, en el 2000
Premio Derechos Humanos de la Abogacía Española, en el 2000
Personaje Destacado de la Historia del Siglo XX, por la UNESCO en el 2001
Gran Cruz Orden Civil de la Solidaridad Social, del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España, 2002.
Premio al Espíritu Olímpico, 2002.
Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia 2001
Doctor Honoris Causa por la Universidad de Huelva, l994.
Medalla de Oro del Trabajo, por el Estado de Andhra Pradesh, 2000
Reconocimiento de la Comisión Europea como mejor ONG tras el terremoto de Guyarat, 2001.
Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil del Gobierno Español, 2009.
Premio Catalán del Año 2008, Periódico de Catalunya.
Creo que la labor de Vicente Ferrer solo puede ser comparable a la de la Madre Teresa de Calcuta a la que en 1948 el Papa Pio XII dio permiso para ejercer como “monja independiente” que recorrió los arrabales de Calcuta entre los más miserables, recogiendo enfermos de sida, hambrientos y moribundos. Fundó la orden de Misioneras de la Caridad, murió en 1997, y fue beatificada por Juan Pablo II en el año 2003.
Vicente Ferrer fue en vida un santo prácticamente ignorado por los medios de comunicación. Murió el 19 de junio, y apenas unas escuetas informaciones en televisión, y poco más en los periódicos.
Una semana más tarde murió Maikel Jackson, y en el mundo entero faltó tinta para imprimir fotos, biografías y cábalas de todo tipo. No tengo nada en contra del negrito blanqueado, y pienso que si con sus bailes de huesos descoyuntados y su música para mi enervante, entusiasmó al mundo entero, justo es que unos escriban y otros lean. Aunque si tan sólo una mínima parte de cuanto se ha dicho y escrito de sus relaciones sexuales con niños fuera verdad, debería ser lo suficiente para eclipsar su estrella.
Pervertir a menores creo que es lo más bajo y abyecto a que puede llegar un ser humano.
Si me cuesta comprender lo poco que sobre Vicente Ferrer hablaron los medios de información, mucho más incomprensible para mi fue el silencio de la Iglesia. Verdad es que ignoro su postura porque no se me ha ocurrido investigarlo. Pero tampoco he investigado su postura ante el aborto, y he visto miles de fotografías con bebés junto a linces por todas partes, y juro que esto no me parece mal. Me parece mal el silencio ante Ferrer.
Soy cristiano convencido y católico practicante, y me duele este silencio ante la muerte de un hombre que dedicó toda una vida a seguir el evangelio de Cristo: “Ama al prójimo como a ti mismo”.
Decía Gonzalito el de Lamadrid que, cada uno piensa con “la su” cabeza, y no le faltaba razón. Yo pienso con la mía, que no es ni mucho menos la mejor pensante, y además vete tu a saber si dentro de ella cada neurona está bien colocada en su sitio, por lo que os ruego no deis mucho crédito a mi reflexión:
Creo que si Vicente Ferrer no hubiera dejado el sacerdocio, Roma ya estaría pensando en subirle a los altares. Esto me hace pensar que Roma cree que quien no está con ella, no está con Dios. Parece como si Roma se hubiera adueñado de Dios, y ella decide a quien se le da y a quien se le niega. Lo de que la cabeza visible de Cristo en la tierra es infalible. Pienso que Dios es de todos, y cada cual le busca a su manera. Si realmente hay un cielo, ese ha sido para Ferrer, "digan lo que digan… los demás", como cantaba Rafael.
Jesús González González ©
Julio 2009
2 comentarios:
Si en Roma hubiera más "cristianos convencidos y católicos practicantes" como tú ¡¡¡CUANTO MEJOR IRÍA EL MUNDO!!!
Jesús cuanta razón tienes,esta gente que hace tanto bien no deberia morirse nunca,pero la vida es asi de injusta,pero creo que el alla donde este seguira haciendo su buena labor,besitos.
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