jueves, 18 de noviembre de 2010

NO ME OLVIDO DE TU CARA...

No me olvido de tu cara,
ni tampoco de tus ojos,
con la miel siempre presente,
exquisita de su fondo.

Tú llevabas blusa blanca,
un vestido color rojo,
y llegaste silenciosa
a mi lado con tu bolso.

Yo te dije "buenas tardes",
me miraste de reojo
respondiste "buenas tardes"
con tus labios temblorosos.

Nuestras manos se juntaron
y marchamos hacia el fondo,
en la playa solitaria
con sus rocas y sus pozos.

Una cala junto al cabo
albergaba a un viejo tronco,
era un roble ya muy viejo
derrotado y en su otoño.

Nos sentamos a su lado,
nos dijimos mil piropos,
entre abrazos y sonrisas
olvidándonos de todo.

Pero estabas a mi lado,
yo sentía tu contorno,
la silueta transparente
con tus senos tan redondos.

Fue un momento en una tarde,
un instante que ahora añoro,
como añoro tu presencia
y aquel beso largo y hondo.

Pero el tiempo y la distancia
separaron nuestros rostros,
se llevaron nuestros cuerpos
a otros mundos más remotos.

Ahora el eco me devuelve
aquel eco que yo añoro,
y tu cara y tu figura
cobran vida poco a poco.

Yo deseo tu presencia,
esos besos, como el oro,
ese néctar de tus labios
con solera y espumoso.

Y al final, cuando se fundan,
ambos besos, como locos,
yo sabré de tu locura,
tú mi amor, cuánto te adoro.

"...No me olvido de tu cara
y los ojos tan graciosos,
ni me olvido de tu alma
que es la esencia y tu tesoro..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/11/10

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