domingo, 31 de octubre de 2010

PRIMER ENCUENTRO LITERARIO, RAQUEL MARTIN. OTOÑO 2010

Como siempre y de la mano de nuestro mecenas cultural, Salcines; presentó a Raquel Martín con el programa denominado “Performance 32”, una sorprendente poesía visual escenificada, conmemorando el centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández, que llevaba algunos retazos de poemas a la escena viva, dramatizándolos.

Íbamos entrando al salón de la biblioteca, nos esperaba en penumbra y con el sonido en off, una voz femenina entonando retazos de poemas del mencionado autor, convertidos sus versos independizados, en frases o pensamientos, irrefutables, aclaratorias; tristezas, amigos, sonetos, henchidos de la tierra, de la vida rural o de la guerra, a la muerte de su hijo en las “Nanas a la cebolla”…”En la cuna del hambre, mi niño estaba, Si yo pudiera… como cinco jazmines adolescentes…el cielo cernido…desperté de ser niño, nunca despiertes…”; ”Después de Amor”, “después del amor la tierra, después de la tierra nada …

El silencio se instauró sin sentarse siquiera, los ojos se posaron en el escenario; reciben al público dos imágenes de unos ojos cerrados y abiertos, maniquíes donde se sujetaban hojarasca o quizá, gotas saladas de llantos incontenibles, demostrando nuestra vida dependiente del todo, percibiendo, asumiéndolo, una mecedora acunando a la viuda de Hernández, la Josefina madre, sola aún estando el esposo vivo, costurera y dolida, rodeada de madejas negras de su luto y rojas de la sangre derramada, el dolor y los ojos inyectados en ella, del llanto en soledad, siempre soledad….

Desmadejados hilos entre los estáticos armazones, colgando abatidos, cernidos también en el suelo, reflejando la dispersión en la harina de su vida. Mientras, esta autora original, por medio de gestos suaves siempre acompañados por la musicalidad de su voz, interpretando en nota entristecida, el recorrido de los 32años de vida del poeta, en la grabación que envolvía el local, lo llenaba todo. Es posible que Miguel Hernández fuera requisado de la alegría, en los avatares de una vida en constante viaje, tanto en el amor, como en la búsqueda de apoyo para dar a conocer sus trabajos, en el mismo comienzo de la guerra e incluso en la cárcel, donde transitó de una a otra, en éxodo castigador. Un viaje que duró demasiado poco, pero que nos llenó de grandes obras, desde el teatro, el periodismo e incluso, octavillas informativas o arengas a los soldados.

De vez en cuando se deja sentir el viento ululante, apercibiendo de la soledad, requiebros amorosos, quizá la muerte o a la ausencia. Habla de hijos y toros, sangre, de amores muy lejanos o, de poros repletos de iras, poetas, de amigos en la huerta de los cielos, allá donde los pájaros vuelan en perspectivas apenadas.

Raquel Martín sigue silente en le escenario, cosiendo lentamente, con sonrisas imperceptibles, movimientos de su boca siguiendo la voz grabada y el quehacer sensible de sus manos. Cose una hogaza de pan que une a la gleba, siente la ausencia, vive la desesperanza en los movimientos de la vida en aquella hamaca, vaivén mareante y cansino, donde sus amores perecieron sin aviso, dejando la vida.

Desgrana de sus manos papeles en forma de hojas o es posible, que fueran lágrimas, quedándose al fondo del local, reposa el pan redondo sobre la hamaca, bordado en lana negra, se ve el número 32, los años de la muerte del poeta, lánguidos, en reposo y sin olvido.

El violonchelo inunda el aire apenado, doliente, llega al mismo alma, grita y pide ayuda, pero, ¿a quién?, ¿a dónde?, llora el sonido, muere en ese Preludio de J. S. Bach, interpretado por Pau Casal. Se puede ahondar más, pero no mejor, queda el público sumido en la sensación de dolor del trance conseguido en esta performance, perece el ocaso, brillando, acercando la Selene poética y titilante, a la eterna poesía de Miguel Hernández. Aplausos que vuelven a la realidad.

Esta vez, nos instaura en la realidad Raquel Serdio, trae entre sus manos una biografía original sobre el poeta en cuestión.

Dice que ve al poeta-amante, poeta-actor, poeta-periodista, poeta-padre, poeta soldado, etc., pues en cada faceta de su vida, dejó plasmado su experiencia en extensas demostraciones escritas. Donde nadie vio, puso nombre a las piedras del campo, a las armas, a la muerte, al amigo y su esposa, a un trabajo incansable, inspiración desde la misma raíz de sus pies, siempre posados en la tierra, clavados en la vida.

Luchador al darse cuenta que de donde procede, una vez fuera de ese circulo rural, nota el exprimiendo y soportado la deportación de la libertad, el ahogo de la cultura, asesinando la personalidad y dejando una sola realidad, trabajo y nada más.

El litigio consigo mismo y sus ideales, preferir la muerte o la cárcel, antes que cambiar sus creencias, ni siquiera a requerimiento de sus amigos, ni la esposa o los hijos. Una vida intensa, rápida, conquistando todo lo que era posible llevar a las cuartillas, a pesar de ser conceptuado entonces como poeta menor, por ser nacido en la misma tierra, en el recodo de la naturaleza, ruda y veraz. Es en donde Raquel Serdio está a gusto, la inclinación a su procedencia, a lo telúrico, al origen de todo, de ahí procedemos y hemos de valorar y cuidar, ella nos mostró su arte cercano y claro, en otra de estas reuniones literarias, enseñó la filosofía de las gentes sencillas, de la vida libre, pausada, asumiendo tanto la bonanza, como lo brutal de la vida.

Se encuentra cómoda con esta biografía, recupera hacia nosotros la lucha y fuerza del hombre-poeta, del empeño por aprender, ambientándose entre seres tocados por ese don, ese que expresa los adentros por medio de la escritura o cualquiera de las artes. Gentes de la generación del 98, a los que ya despuntaban del 27, traían aprendidas muchas enseñanzas de los primeros, del valor de la amistad, el estudio, la experimentación diversa. Carmen Conde, Concha Méndez, María teresa León, María Zambrano, Maruja Mallo, ¡cuántas mujeres en la cresta de la ola literaria de entonces! Los escritores que tanto leímos como Aleixandre, Alberti, Juan R. Jiménez, Carlos Fenoll, León Felipe, nuestro J. María de Cossio, Gerardo Diego, los hermanos Machado, etc., una autentica fiebre de autores de aquel entonces, tocando en cualquier lugar donde la cultura hervía por los cuatro costados.

Su primer libro, “Perito en Lunas”.

Mientras, pasaban imágenes en montaje audiovisual, recopiladas por tres componentes de lectura y escritura. Acertadas e ilustrativas. Además de los preparativos y recogida de los utensilios utilizados.

Finaliza esta disertación, se escucha a Serrat en una de las canciones preparadas en el recuerdo del poeta Miguel, de tú a tú, sencillamente y comunicando exhaustivamente; del poeta cantor, al paso del poeta a ras de tierra. De Miguel a J. Manuel. Los aplausos fueron restañadotes de heridas internas, profundos, fuertes, ganados a la reflexión sobre la guerra, los sueños, la muerte y la esperanza. Muchos. Largos.

Salcines se enorgullece de la afluencia de espectadores, de las dos “Raqueles”, del taller de escritura y club de lectura barquereño, del el repleto salón de espectadores. Sus ojos brillaban dejando la felicidad prendida de las paredes, algo deshabitadas en otras ocasiones, su orgullo llena completamente y la satisfacción deja huella en todos. Presenta unos poemas de Hernández, leídos por componentes del taller, el último del comillano Jesús Cancio, que honor al personaje homenajeado.

Presentó un grabado del pintor cantabro -1928-2007, Esteban de la Foz de su propiedad, es relativo a la figura del poeta de Orihuela, fechada en 1976, la donará al museo; mecenas generoso en esfuerzos a veces denodados, físicos, anímicos y materiales.

Concluye el “EL PRIMER ENCUENTRO LITARARIO DE ESTE CURSO”, con letras mayúsculas, juntamente con el público satisfecho y sorprendido, llenando todos los espacios, íntimamente y en el exterior.

Una persona que me acompañada, desconfiaba del acontecimiento, sin embargo, salió eufórica y plena. Creo que es la mejor definición de la casi totalidad de los espectadores: Entusiasmados y colmados de esta sensitiva experiencia.


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San Vte. de la Barquera
29 de octubre de 2010

6 comentarios:

Flor dijo...

Esto si que ha sido un encuentro con la poesia,las musas estaban presentes en esa tarde tan diferente,y tú como siempre lo dejas plasmado,con entusiasmo y bellas palabras,besitos.

Anónimo dijo...

Hasta el cartel anunciador del evento,era diferente, atractivo, llenaba los ojos, provocaba la curiosidad; quizá también ayudó a llenar el salón de actos. ¡Enhorabuena al autor-ra!
Lns.

pejín dijo...

Visión idílica de unpoeta menor de la literatura española del S.XX, no sólo idílica sino más bien fabulada de político radical y totalitario metido a poeta (también Alberti pero éste vivió más tiempo. Otros autores más insignes sufrieron los rigores dela barbarie bélica pero eligieronel bando equivocado y no tienen performance ni panegíricos quelos recuerden, lease Foxá o el gran Muñoz Seca

María dijo...

¡Qué tarde más agradable pasamos y qué bien lo expresan Flor y Lines! Gracias al poeta MAYOR, Miguel Hernández.
¡Y qué otras tardes agradables pasaremos disfrutando con las letras de tantos y tantos autores, independientemente de su signo político!
Besos
María (biblioteca)

Nieves dijo...

En algunos casos me quedo con la obra y no con su vida, y en otras me quedo con la vida y no con su obra.

Trato de sacar lo mejor de cada libro que leo y leo de todos los colores hasta de tonos pastel y difuminados.

Confieso que disfruté mucho con el Encuentro Literario que en este caso fue en memoria de Miguel Hernández.

En el Club de Lectura, desde su fundación hemos tratado de recordar a cada escritor que ha fallecido (Benedetti, Delibes...)y lo seguiremos haciendo con respeto y la seriedad que se merece.

Un saludo.
Nieves

Anónimo dijo...

Agradecemos que te asomes a este pequeño rincón de las letras, veo en ti alguien con base, necesaria para crecer en este mundo bien acompañado, llenando la necesidad de aprender.

-Conste que cualquier acontecimiento conllevando la conmemoración del nacimiento o muerte de un escritor, ya sea en performance o simplemente, en cualquier otro tipo de disertación, intentamos llevarlo adelante, disfrutaremos de su obra, tendrán todos su tiempo de homenajes. También sabes que celebramos otros aniversarios de autores durante todo el año, guiados desde la biblioteca por María, bien leyéndolos o escribiendo sobre ellos.

En estos encuentros literarios, lo normal -como supongo ya conoces-, es que sean autores cantabros actuales, se acercan hasta aquí para saber de sus obras, para que su trabajo no quede inane, aprender y disfrutar de nuestra gente y a eso iba en el comentario. Hablar de las dos “Raqueles”, valorar sus méritos, la puesta en escena, de la fuerza que emitía esa manera de presentación, en este caso Miguel Hernández, un autor español. Cultura es todo, son todos, cada uno deberá elegir los que les llegan más. En este caso, tu elección es válida. Muy cierto que Muñoz Seca sobresalió por sus obras satíricas y teatrales, muchas en verso y Foxá, era escritor variado, incluso hizo poesía. Por supuesto como dices, vivieron más, siendo sus obras muy extensas. Todo se andará.

Gracias. Lns.