lunes, 24 de octubre de 2011

DE CABO A FARO CON MARÍA


Hicimos la ruta literaria por todos los caminos de San Vicente de los que hablaron escritores, cronistas y poetas, de la historia, incluso, de la que creada contemporáneamente por los periodistas y fotógrafos que nos acompañaron en esta jornada de “Cabo a Faro”.



Nos llenamos de los paisajes interminables de mar, montañas, cielos y mieses, del buen día aliado con el sol, el buen ambiente, la puntualidad, la comida, (con notable o más, María), la camaradería, las soluciones inmediatas a los pocos inconvenientes que acontecieron, los detalles nacidos del trabajo y esfuerzo de Flor y Nieves, que fueron entregados a los participantes ovetenses. También hubo intercambio de libros. Por tener tuvimos de todo, hasta un trío de “mandones”, ¡más majos que las monedas de oro!, a los que todos queremos un montón.



Además, el concejal de cultura que llevaba su cargo con sapiencia y esto no era la leyenda-, nos acompañó todo el recorrido y también, un poeta que tan pronto estaba con el concejal como solo, declamó en vivo sus odas y explicaciones históricas de los entornos de la ruta.



Tuvimos la oportunidad de entrar al espacio exterior del Faro de la Silla y de observar el trabajo de recolección de la “ocla”, que fue traída y arrancada por marejadas de fondo, hoy sin embargo, la mar parecía un plato de sopa. Los hombres sudorosos y cansados, nos miraban con tanta curiosidad como nosotros a ellos; estaban ayudándose de la “pluma”, ¡mira qué casualidad!, pero, ellos escribían con sudor, que es una grúa de madera, cuerdas y poleas, con ella subían las algas de la profunda ensenada. Las depositaban sobre prados segados para secar. El olor a salitre y el color oscuro sobre el verde, daban a la ruta una visión inaudita, parecían estelas de azabache brillantes o las sombra de los cúmulos, nubes deshilachadas, sobre las praderías.



Sabemos que muchas de estas actividades serían poco más que inviables pero, gracias a Chelo, bibliotecaria de Pumarín, Oviedo y a ti María, bibliotecaria de San Vicente, consiguen sacarlas adelante, a sabiendas de que en algunos ayuntamientos del país las retiran o simplemente no las conceden, con lo que se agradece a los dos consistorios de los que dependemos, esa mínima aportación precisa para seguir en marcha con todo esto.



Un día perfecto, María, como todo lo que programas. Sé de buena tinta que hoy perdiste –por primera vez en tu vida-, los papeles... Sí, los dejaste en la biblioteca, pues quisieron visitarla nuestros visitantes, y los recuperaste tan rápido que nadie lo notó. Sonrío.



Incluso, elegiste el día adecuado, vísperas del 24 de octubre, Día Internacional de las Bibliotecas.



Quizá seas el alma de la biblioteca y conviertas  en  realidad, la quimera de un libro donde hay de todo; se nota que algo especial al entrar en aquella fábrica de sueños de papel, tiene un aroma diferente. Huele a libros abiertos por las páginas de la amabilidad, del trabajo a conciencia, de la imaginación, la profesionalidad y el respeto...



No queda más remedio, al entrar allí, que intentar ponerse a tu nivel. Salimos todos reconvertidos y alentados, unidos en un grupo de mejores gentes, si cabe, porque María, tú eres nuestro marca páginas con sonrisa de lado “alado”, marcas las páginas que van del incunable a los ultramodernos, lo poético asociado a lo legislativo, ahora también con página internacional, artesanos, dibujantes, cibernéticos, periodistas, un mentor y un mecenas que nos aportan conocimientos impagables.



En esta biblioteca se ha ido creado algo similar al café Gijón; se trata de los encuentros de contertulios y literatos, es un café sin café que se llena... de alegría. Otro inmenso libro colocado en esa biblioteca y que tú bien manejas y cuidas.



Noté que descansaste al concluir la jornada, respiraste profundamente, dejando salir el cansancio y la tensión por tu boca. Te vi satisfecha y tu sonrisa que se extendió por todo el recorrido, llegó en ese momento hasta el cabo.



El sol, como nosotros, estaba retirándose con el trabajo cumplido.



La ruta literaria volverá a lucir cada mañana y ese sol lucirá en y tras los cristales de nuestra biblioteca.




¡Sí señor! ¡La enhorabuena... a nosotros, que fuimos los afortunados al disfrutarlo!




Ángeles Sánchez Gandarillas ©
22-X-2011

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres mujer, o robot? Si eres mujer, por corazón tienes una máquina de escribir. Si eres robot en lugar en lugar de electrones, tienes alma humana. ¿De donde sacas ideas? ¿De donde el tiempo para plasmarlas? Como dirían los malhablados, !eres la ostia, Lines! Y de paso, a María, que si, que todo salió más que perfecto. Las otras cosas que te dice Lines, llevan mucho jabón. Eres buena, pero no creo que tanto como ella dice, que si lo reiteramos todos, te vas a poner muy tontita.

Anónimo dijo...

Dicen que el despacio hace cucharas, ¿a ver si va a ser eso?
Abrazo autómata desconocido.Lns.

María dijo...

Gracias, Lines, es precioso.

María (biblioteca)